El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, devolverá a los nativos el nombre de la montaña más alta de Estados Unidos, el conocido actualmente como Monte McKinley, para pasar a llamarse de nuevo Denali, como lo bautizaron las tribus originarias de Alaska, donde se encuentra.
Ese será uno de los primeros actos del mandatario en su visita de tres días a ese estado, dondepretende subrayar los efectos del cambio climático y despejar las dudas sobre su decisión de permitir perforaciones en el Ártico.
"Hay una razón por la que el nombre del presidente McKinley ha estado en la cima del pico más alto de América del Norte durante más de 100 años, y es que es un testimonio de su gran legado", manifestó hoy el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, congresista por Ohio.
"Estoy profundamente decepcionado con esta decisión", agregó el legislador tras recordar que McKinley sirvió en el ejército durante la guerra civil antes de representar a Ohio en el Congreso y ser su gobernador.
El monte, de 6.168 metros de altitud, significa "el más alto" en lengua atasbacana y desde siempre ha sido reverenciado por las tribus nativas de Alaska como un lugar sagrado.
Sin embargo, en 1896 un buscador de oro decidió bautizar la montaña con el nombre del vigésimo quinto presidente de EE.UU. y así se ha conocido oficialmente desde que el Congreso lo ratificó en 1917.
Dentro de un viaje de tres días, Obama llegará hoy a Anchorage, la ciudad más grande de Alaska, donde prevé participar en una mesa redonda con ciudadanos del estado, además de intervenir en una conferencia sobre el Ártico patrocinada por el Departamento de Estado.
El martes, el presidente viajará al área de la Península de Kenai y realizará una excursión en barco por el Parque Nacional de los Fiordos para "ver los efectos del cambio climático de primera mano", según la Casa Blanca.
Ya el miércoles, Obama visitará la localidad de Dillingham, donde se reunirá con pescadores y familias de la zona, y a continuación se desplazará a Kotzebue, una población situada en el Ártico y de apenas 3.200 habitantes.
El calentamiento global ha afectado de manera extraordinaria a Alaska, cuya temperatura ambiente media ya ha aumentado más de 3 grados centígrados en los últimos 50 años, provocando, entre otras cosas, grandes deshielos en sus glaciares.
EFE