Otras dos fosas con restos humanos fueron encontradas este martes en Carrizalillo, indicó Manuel Zepeda, habitante de esa comunidad del sureño estado mexicano de Guerrero, cuyos pobladores creen que allí pueden encontrarse los cadáveres de 43 estudiantes desaparecidos el año pasado.
"Encontramos unas fosas cuando hicimos la excavación; había huesos humanos y a algunos se les notaba la ropa, pero los dejamos así porque ahora andan por aquí los peritos de la PGR (Procuraduría General de la República, Fiscalía)", dijo Zepeda a Efe.
Recordó que la zona era un bastión del cártel Guerreros Unidos, que a veces traía a sus víctimas al lugar, y agregó que el 27 de septiembre del año pasado los habitantes notaron movimientos extraños de entre 40 y 50 sicarios, lo cual podría estar vinculado con la desaparición de los estudiantes un día antes.
Zepeda dijo que los pobladores seguirán buscando fosas y se congratuló de que ahora contarán con la ayuda de los peritos que han pedido equipo especializado para facilitar la búsqueda.
Este habitante de ese poblado del municipio de Eduardo Neri contó el lunes a Efe que varias patrullas de la Policía Federal llegaron a la localidad el miércoles de la semana pasada para detener al comisario Ricardo López García, pero al no llevar una orden de aprehensión los pobladores no permitieron su arresto y acusaron a los agentes de seguir las órdenes de los narcotraficantes.
Y es que dentro de una de las patrullas iba Modesto Peña, a quien los habitantes señalan de ser miembro de Guerreros Unidos, que durante meses tuvo sometida a la población.
Cuando los pobladores descubrieron al presunto delincuente lo sacaron de la patrulla y comenzaron a agredirlo hasta que confesó que en los alrededores había fosas en que habían sido sepultados numerosos cadáveres.
El sospechoso y los policías fueron retenidos por los pobladores hasta que llegó personal de la Fiscalía y de la Marina de México. "Cuando todo volvió a la calma revisamos algunos lugares y encontramos una fosa en un paraje llamado Los Cacahuates, a unos tres kilómetros de Carrizalillo", indicó Zepeda.
Dentro de la fosa había restos humanos que serán analizados por peritos de la Fiscalía, que el lunes llegaron al lugar para recoger evidencias.
Desde junio del año pasado llegaron miembros del cártel y sembraron el terror en la zona, ya que cobraban a los habitantes cuotas por dejarlos ejercer sus actividades y los obligaban a que les dieran de comer e incluso a hacer guardias para protegerlos de grupos rivales.
Finalmente el Gobierno federal realizó en octubre un operativo en Carrizalillo e hizo cateos en las casas de los presuntos narcotraficantes, quienes huyeron hacia el municipio de Iguala. Desde entonces, aseguró Zepeda, en el lugar casi no se han registrado incidentes.
De acuerdo con la versión oficial, los 43 alumnos de la escuela para maestros de la localidad de Ayotzinapa fueron detenidos por policías de Iguala la noche del 26 de septiembre de 2014 y entregados a miembros de Guerreros Unidos, que los asesinaron e incineraron sus cuerpos en un vertedero de basura en el municipio vecino de Cocula.
Pero los familiares de los estudiantes no creen en esa versión e insisten en que las autoridades busquen a los jóvenes con vida.
EFE
"Encontramos unas fosas cuando hicimos la excavación; había huesos humanos y a algunos se les notaba la ropa, pero los dejamos así porque ahora andan por aquí los peritos de la PGR (Procuraduría General de la República, Fiscalía)", dijo Zepeda a Efe.
Recordó que la zona era un bastión del cártel Guerreros Unidos, que a veces traía a sus víctimas al lugar, y agregó que el 27 de septiembre del año pasado los habitantes notaron movimientos extraños de entre 40 y 50 sicarios, lo cual podría estar vinculado con la desaparición de los estudiantes un día antes.
Zepeda dijo que los pobladores seguirán buscando fosas y se congratuló de que ahora contarán con la ayuda de los peritos que han pedido equipo especializado para facilitar la búsqueda.
Este habitante de ese poblado del municipio de Eduardo Neri contó el lunes a Efe que varias patrullas de la Policía Federal llegaron a la localidad el miércoles de la semana pasada para detener al comisario Ricardo López García, pero al no llevar una orden de aprehensión los pobladores no permitieron su arresto y acusaron a los agentes de seguir las órdenes de los narcotraficantes.
Y es que dentro de una de las patrullas iba Modesto Peña, a quien los habitantes señalan de ser miembro de Guerreros Unidos, que durante meses tuvo sometida a la población.
Cuando los pobladores descubrieron al presunto delincuente lo sacaron de la patrulla y comenzaron a agredirlo hasta que confesó que en los alrededores había fosas en que habían sido sepultados numerosos cadáveres.
El sospechoso y los policías fueron retenidos por los pobladores hasta que llegó personal de la Fiscalía y de la Marina de México. "Cuando todo volvió a la calma revisamos algunos lugares y encontramos una fosa en un paraje llamado Los Cacahuates, a unos tres kilómetros de Carrizalillo", indicó Zepeda.
Dentro de la fosa había restos humanos que serán analizados por peritos de la Fiscalía, que el lunes llegaron al lugar para recoger evidencias.
Desde junio del año pasado llegaron miembros del cártel y sembraron el terror en la zona, ya que cobraban a los habitantes cuotas por dejarlos ejercer sus actividades y los obligaban a que les dieran de comer e incluso a hacer guardias para protegerlos de grupos rivales.
Finalmente el Gobierno federal realizó en octubre un operativo en Carrizalillo e hizo cateos en las casas de los presuntos narcotraficantes, quienes huyeron hacia el municipio de Iguala. Desde entonces, aseguró Zepeda, en el lugar casi no se han registrado incidentes.
De acuerdo con la versión oficial, los 43 alumnos de la escuela para maestros de la localidad de Ayotzinapa fueron detenidos por policías de Iguala la noche del 26 de septiembre de 2014 y entregados a miembros de Guerreros Unidos, que los asesinaron e incineraron sus cuerpos en un vertedero de basura en el municipio vecino de Cocula.
Pero los familiares de los estudiantes no creen en esa versión e insisten en que las autoridades busquen a los jóvenes con vida.
EFE