La Policía turca arrestó a una persona sospechosa de estar directamente relacionada con el atentado suicida en el que ayer murieron diez turistas en Estambul, anunció hoy el ministro de Interior, Efkan Ala.
El ministro indicó también que el terrorista suicida pudo ser identificado porque se disponía de sus huellas dactilares, pero acotó que no estaba incluido en las listas de sospechosos que manejaban las fuerzas de seguridad.
El Gobierno turco responsabilizó ayer al grupo yihadista Estado Islámico(Dáesh) del atentado en que resultaron también heridos quince extranjeros.
Aunque no hay confirmación oficial al respecto, varios medios turcos han identificado al atacante como Nabil Fadli, nacido en 1988 en Arabia Saudí, aunque probablemente de origen sirio.
El diario Hürriyet Daily News asegura hoy incluso que el presunto terrorista pidió asilo el pasado cinco de enero en un centro de atención a inmigrantes al que acudió acompañado de otras cuatro personas.
Según ese medio, Fadli permaneció varios días en la dirección que facilitó a las autoridades.
La agencia Dogan informó de que el terrorista habría entrado en Turquía desde Siria.
Efkan Ala se reunió hoy en Estambul con su colega de Alemania, Thomas de Maizière, que se ha trasladado a Turquía para seguir de cerca la investigación del atentado en el que han muerto ocho ciudadanos alemanes.
Aún no se ha aclarado la nacionalidad de los otros dos fallecidos.
El ministro turco informó de que los once heridos que siguen hospitalizados son nueve alemanes, dos de los cuales están muy graves, un noruego y un peruano.
Las autoridades turcas han detenido en las últimas horas a al menos 65 personas acusadas de pertenecer a Dáesh, aunque no se ha aclarado si esos arrestos están relacionados con el ataque de ayer.
Entre los arrestados se cuentan quince sirios, tres rusos y un turco, pero no hay datos aún de la nacionalidad del resto de sospechosos.
El ministro Ala indicó que en los días anteriores al ataque, un total de 220 personas fueron arrestadas por su supuesta relación con Dáesh.
Por su parte, Thomas de Maizière aseguró que, pese a que la mayoría de víctimas son alemanas, no hay ningún indicio de que el ataque se dirigiera específicamente contra ciudadanos de ese país y que, por ello, no hay motivo para cancelar o interrumpir los viajes a Turquía.
El atentado se produjo en la explanada de Sultanahmet, que comunica la Mezquita Azul con la basílica de Santa Sofía, el palacio de Topkapi y el aljibe bizantino, la zona con mayor afluencia de turistas de Estambul, ciudad que recibe al año casi 10 millones de viajeros.EFE