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domingo, 21 de febrero de 2016

Los indecisos decidirán si Bolivia permite la reeleción de Evo Morales

Las fachadas de la mayor parte del El Alto, la ciudad satélite de La Paz, son un claro ejemplo de la división que acompaña la votación de este domingo en Bolivia. 6,5 millones de personas deciden si cambian un artículo de la Constitución que permita al presidente, Evo Morales, volver a presentarse a unas elecciones en 2019 y, de ganarlas, postergarse en el poder hasta 2025. El alto porcentaje de indecisos entre el sí y el no, según todos los sondeos, augura una votación muy ajustada. Los colegios están abiertos desde las 8 de la mañana hasta las 4 de la tarde, aunque en algunos lugares del país las mesas seguirán abiertas algunas horas más. Los resultados se empezarán a conocer a partir de las 8 de la tarde, aunque el Tribunal Electoral ya ha advertido de que el resultado final no estará listo hasta 48 horas después de la votación.
Una mujer deposita su voto hoy, en El Alto, Bolivia.Las paredes de los edificios de la antesala del altiplano boliviano son una lucha por ver quién consigue tapar mejor la pintada del rival. El verde del sí, un guiño a la continuidad que marcan los semáforos, trata de aguantar ante el empuje del no, siempre acompañado de un mensaje a la clase política: “Basta ya de corruptos” “no a la cara conocida”.
“He votado por el sí porque quiero que se mantenga este crecimiento”, cuenta Pablo Sanginés, un policía jubilado que ha visto cómo su prestación económica tras el retiro ha crecido con Morales en el poder. “Claro que todos roban, pero alguna gente no se da cuenta de que hemos mejorado”. En el mismo colegio electoral, Milagros Chávez, una profesora alteña, rechaza dar su apoyo a Evo. En su caso, su disconformidad con los programas educativos del Gobierno es la razón, aunque confiesa que nunca ha apoyado al presidente.

Morales ha logrado ha logrado un amplio respaldo en todas las contiendas electorales a las que se ha presentado hasta ahora. Legó al poder en 2006 con el 54% de los votos; dos años después, superó un referéndum revocatorio con el 67% del apoyo; en 2009, tras reformar la Constitución, volvió a ser elegido presidente con el 64% de los sufragios y cinco años después, en octubre de 2014, con el 61%. Las autoridades judiciales consideran que esta última fue la primera reelección de Morales, por lo que la segunda, que de momento no permite la Constitución, sería a partir de 2020.
Pese a que su intención era votar en torno al mediodía, Morales depositó su papeleta a primera hora de la mañana. "Mi deseo es que haya un alto porcentaje de participantes y superar el récord de 2009", señaló. Entonces, se registró una participación del 95%. En Bolivia, votar es obligatorio por ley a partir de los 18 años de edad. Quienes no cumplan con ese deber se exponen a duras sanciones, como la imposibilidad de hacer transacciones financieras durante tres meses, ya que los bancos exigen en ese periodo la presentación del certificado de sufragio para cualquier trámite.

Oportunidad para la oposición dividida

La cita de este domingo se antoja como la gran oportunidad para la oposición boliviana, que ha visto cómo desde hace 10 años sus participaciones en alguna contienda electoral terminan en una severa derrota. La única característica que les une es el no a la reelección de Evo. No hay un bloque homogéneo con un liderazgo visible. No lo ha habido desde que Morales llegó al poder.
Ni los más conservadores, como el expresidente Tuto Quiroga o el tres veces candidato Samuel Doria Medina, ni los progresistas, como el alcalde de la capital, Luis Revilla o el gobernador del departamento de La Paz, Felix Patzi, han sabido canalizar a la oposición. Todos, sin embargo, iniciarán a partir de este lunes su camino hacia las presidenciales de 2019 si vence el no. Una guerra interna que también se debatirá en el oficialismo, que no ha sabido generar una sucesión a Evo. EP