El cese de hostilidades tenía que haber entrado en vigor el pasado viernes, según lo acordado por las grandes potencias en Múnich la semana anterior. Pero el plazo se agotó sin que la reunión celebrada en Ginebra hace dos días para fijar las condiciones de la tregua diese resultado. Las partes en conflicto han intensificado mientras tanto los combates en los últimos días, e incluso Turquía ha comenzado a bombardear con su artillería posiciones de las milicias kurdas en el norte de Siria.
En una entrevista con EL PAÍS este sábado, el presidente sirio, Bachar el Asad, ha reconocido: “Estamos listos para ello (un alto el fuego), pero el asunto no depende únicamente de un anuncio. Depende de lo que vayamos a hacer sobre el terreno. Ahora bien (…) el fuego ocurre entre dos Ejércitos o dos países enfrentados. Sería mejor utilizar el concepto de cese de las operaciones. Principalmente depende de detener el fuego, pero también de otros factores complementarios y que son más importantes, como por ejemplo impedir que los terroristas aprovechen la suspensión de las operaciones para mejorar sus posiciones”. El Asad advierte también de que hay que prohibir a otros países —“especialmente a Turquía”– enviar más hombres y armas o cualquier tipo de respaldo logístico. “Si no garantizamos todos estos requerimientos necesarios para la suspensión de las operaciones, todo esto tendrá un efecto negativo y provocará más caos en Siria, y también podrá llevar a la división de facto del país”, concluye en la entrevista.
La oposición siria, reunida bajo el paraguas del llamado Alto Comité para las negociaciones (HNC, en sus siglas en inglés), se ha mostrado a favor también de un alto el fuego, pero siempre que implique el fin de los bombardeos rusos, el cese de los asedios a poblaciones civiles y la liberación de presos en las cárceles del régimen. Los rebeldes también exigen que el acuerdo de cese de hostilidades incluya al Frente al Nusra (la filial de Al Qaeda en Siria), con la que mantienen alianzas en el frente algunas de las milicias de la oposición. Al igual que al Estado Islámico (ISIS), Naciones Unidas ha excluido al Frente al Nusra de las negociaciones de Ginebra por calificar a ambos grupos como terroristas.
El Gobierno de Damasco ha advertido, sin embargo, de que seguirá combatiendo no solo al ISIS y a Al Nusra, sino también "a otras organizaciones o agrupaciones terroristas” como Ahrar Al Sham y Jeish el Islam (Ejército del Islam), que sí forman parte del Alto Comité para las Negociaciones reconocido por Naciones Unidas.EP