Un grupo de científicos ha creado un polímero de silicona que actúa como una segunda piel "invisible", que replica las propiedades de una dermis joven al mejorar temporalmente la hidratación y reducir la apariencia de arrugas y ojeras, según un estudio publicado hoy por Nature Materials.
El informe, que se llevó a cabo desde el Hospital General de Massachusetts (MIT en sus siglas en inglés) en Estados Unidos, explica que esta aportación se utilizará para mejorar medicamentos que tratan enfermedades como la dermatitis o los eccemas.
El material, que se adhiere a la piel y se caracteriza por ser elástico, transparente y tener una larga duración, se convierte en una capa imperceptible que imita los mecanismos de una piel joven y que se podría adaptar para conseguir protección contra radiaciones ultravioleta, en palabras de los investigadores.
El profesor y miembro del MIT Daniel Anderson afirmó que esta sustancia química actúa como "barrera", facilita "mejoras cosméticas" y "potencialmente permitirá crear productos médicos", "tres factores que la hacen ideal para el uso humano".
Según la revista británica, los autores del estudio realizaron varios ensayos en personas para probar la efectividad y su seguridad y descubrieron que, al aplicar este polímero de silicona sobre el lugar donde se forman las ojeras, desprendía una fuerza compresiva constante que aprieta la piel durante al menos 24 horas.
Respecto a la hidratación en pieles secas, se percataron de que todos aquellos que probaban esta segunda piel sufrían menos pérdidas de agua que los que usaban un producto comercial de gama alta.
Además, aclararon que nadie sufrió ninguna irritación como consecuencia del polímero de silicona.
Para alcanzar este resultado, los científicos trabajaron con un abanico de hasta 100 polímeros diferentes, todos ellos compuestos por una estructura de "siloxano", que combina átomos de silicona y oxígeno.
Con este material, pretenden combatir los problemas de la piel que se derivan con el paso de los años y proteger la dermis de altas temperaturas, toxinas, microorganismos, radiación y baja firmeza y elasticidad. EFE