El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, advirtió hoy al régimen libio de Muamar el Gadafi de que habrá una reacción internacional si continúa atacando de forma sistemática a la población civil.
"Si Gadafi y sus fuerzas militares siguen atacando sistemáticamente a la población, no puedo imaginar que la comunidad internacional se quede mirando", dijo Rasmussen al referirse a una posible intervención en el país norteafricano, donde a su juicio se pueden estar cometiendo "crímenes contra la Humanidad".
Al mismo tiempo, dejó claro que la Alianza no tiene por ahora prevista ninguna operación militar, y subrayó que sólo intervendrá si se le solicita y cuenta con un mandato apropiado de las Naciones Unidas.
"La OTAN no tiene intención de intervenir, pero como organización de seguridad nuestra obligación es hacer una planificación prudente para cualquier eventualidad", explicó Rasmussen en una conferencia de prensa.
Los responsables militares de la Alianza están elaborando planes sobre posibles escenarios, y la pasada semana recibieron el encargo de continuar esa preparación de manera más formal.
"Tenemos que estar listos para actuar rápidamente", pero hasta ahora "no hemos recibido ninguna indicación de que nuestra ayuda sea necesaria", recalcó.
Dentro de esos preparativos se incluye la imposición de una zona de exclusión aérea sobre Libia, que algunos países tratan de impulsar para impedir los bombardeos de las fuerzas aéreas de Gadafi.
Rasmussen indicó en una rueda de prensa que esa acción requiere de un "amplio abanico de recursos militares" y recordó que la resolución sobre Libia aprobada por el momento por el Consejo de Seguridad de la ONU no prevé el uso de la fuerza.
Sin querer adelantar posibles acontecimientos, el secretario general de la OTAN dejó claro que la comunidad internacional no permanecerá impasible si los ataques del régimen de Gadafi contra la población continúan.
"Mucha gente alrededor del mundo se verá tentada a decir: "hagamos algo para detener esta masacre"", aseguró.
Al mismo tiempo, subrayó que una intervención militar internacional podría herir "sensibilidades" en la región, en referencia a que podría ser interpretada como un ataque occidental a un país árabe.
Por ello, Rasmussen destacó la importancia del diálogo con organizaciones como la Liga Árabe o la Unión Africana.
Rasmussen exigió a Trípoli el fin de la represión y un diálogo con el pueblo que abra la puerta a una "transición democrática" en el país.
El secretario general recalcó que por ahora hay que hacer todo lo posible para cumplir la resolución de la ONU, que incluye un embargo de armas a Libia, pero señaló que "por ahora" la OTAN no ha recibido ninguna petición para impedir la llegada de armamento o mercenarios extranjeros por vía marítima a ese país.
Los ministros de Defensa de la OTAN analizarán el jueves y el viernes la situación en Libia y la actuación del régimen de Gadafi, que el secretario general calificó hoy de "atroz", así como los acontecimientos en otros países de la región.
La OTAN ya realizó dos misiones de exclusión aérea en la década de los años 90, una durante la guerra de Bosnia-Herzegovina y otra en el conflicto de Kosovo.
En el primer caso, la Alianza actuó según una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, mientras que en el segundo la decisión de la ONU llegó posteriormente al inicio del lanzamiento de la misión.
-EFE
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