Al año se estima que ocurren 1.2 millones de picaduras de alacrán en México, con más de tres mil muertes reportadas por esa causa, de ahí la importancia de los antivenenos, según informó la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Alfredo Torres Larios, del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, explicó que los antivenenos de la tercera generación o faboterápicos son el método de elección para su tratamiento, pero por las posibles reacciones adversas ocasionadas por choque alérgico ha continuado la búsqueda de una cuarta generación, según el portal de noticias de Televisa.
Un grupo de investigadores desarrolló el Centruroides noxius Hoffman y por esta razón, la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) reconoció a los científicos en el área de investigación tecnológica.
Torres mencionó que su trabajo vincula la solución a un problema de salud pública mundial con la creación de un formato de anticuerpos recombinantes de origen humano y la incorporación de la tecnología de cristalografía de rayos X, indispensable para su mejoramiento y avance.
PRI
