La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado el 28 de julio como el Día Mundial contra la Hepatitis, en honor a la fecha de nacimiento del Nobel de Medicina de 1976, Baruch Blumberg, quien descubrió el virus que causaba la hepatitis B y desarrolló la primera vacuna contra esta enfermedad.
La finalidad de esta fecha será concienciar a la población de que la hepatitis vírica es un problema de salud pública de alcance mundial, ya que es una de las enfermedades infecciosas más frecuentes.
Sus variantes B y C afectan a más de 520 millones de personas en todo el mundo.
Según datos de la OMS, cerca de un millón de defunciones se atribuyen cada año a la hepatitis, y los virus de la hepatitis B (VHB) y C (VHC) son la causa principal del 78 por ciento de los casos de cáncer de hígado en el mundo.
Casi uno de cada tres habitantes del planeta -unas 2.000 millones de personas- está infectado por el virus de la hepatitis B y uno de cada doce, más de 520 millones de personas, padecen una infección crónica por VHB o VHC.
Existen vacunas seguras y eficaces contra las infecciones VHA y VHB, así como la posibilidad de recibir un diagnóstico rápido en caso de haber contraído hepatitis para comenzar un tratamiento lo antes posible.
Sin embargo, no existe ninguna vacuna que prevenga contra la infección por la variante C (VHC), que se transmite casi siempre por exposición a sangre contaminada, lo que puede suceder en casos de transfusiones de sangre o por el uso de jeringuillas infectadas. La transmisión sexual del VHC también es posible, pero es menos común.