El movimiento de los “indignados” de España cumple hoy tres meses con la mirada puesta en las elecciones generales del próximo 20 de noviembre. Sin embargo, voceros del 15-M aseguraron que no participarán de forma activa de este proceso en algún partido, sino, como “vigilantes” de los candidatos y agrupaciones.
“El 15-M es un movimiento muy incómodo porque señala todas las miserias, que son muchas, y todas las contradicciones del sistema”, dijo Carlos Paredes, vocero de “Democracia Real Ya” (DRY), a Europa Press.
Señaló que el colectivo estará muy pendiente de lo que digan los distintos candidatos y que tienen pensando indicar los errores y puntos contradictorios de los diferentes programas electores.
Asimismo, explicó que no tienen entre planes crear un partido político propio porque, tal, acabaría con la estructura horizontal que los ha caracterizado.
Trascendencia del movimiento
"Iba a ser una manifestación y se ha convertido en un movimiento que no solo ha abarcado a todo el territorio español sino que se está convirtiendo poco a poco en una protesta global", dijo Paredes.
De esta manera, resaltó que la plataforma ciudadana “ha conseguido abrir el debate político a la calle, que no solo se discuta de fútbol y conseguir que la gente hable en las plazas de lo que realmente importa".
El 15 de mayo pasado iniciaron las manifestaciones convocadas por la plataforma ciudadana DRY para mostrar a la clase dirigencial española la indignación de la población, principalmente la joven, por la situación política, económica y social de país.
Los “indignados” decidieron acampar ese día en la Puerta del Sol en Madrid para hacer más visibles sus demandas, apenas una semana antes de las elecciones municipales y autonómicas, convirtiéndose así en el principal tema de la agenda de la campaña.