Reuters) - Arabia Saudita dio el primer paso para reportar a Irán ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, una medida que podría llevar a nuevas sanciones, debido a un supuesto complot para asesinar al embajador saudí en Washington, reportaron diarios de Riad.
Estados Unidos afirmó el martes que había frustrado un complot de dos hombres vinculados a las fuerzas de seguridad de Irán para asesinar al enviado Adel al-Jubeir colocando una bomba en un restaurante de Washington.
Uno de los acusados, que supuestamente pagó a un agente encubierto estadounidense que se hacía pasar por narcotraficante mexicano para que llevara a cabo el asesinato, fue arrestado. El segundo sospechoso se encuentra en Irán, dijo Estados Unidos. Teherán niega las acusaciones.
“La misión permanente de Arabia Saudita en la ONU (…) pidió formalmente al secretario general de Naciones Unidas que notifique al Consejo de Seguridad sobre la abyecta conspiración”, informó el periódico Asharq al-Awsat, citando una declaración de diplomáticos del reino en la ONU.
Los líderes de Irán dicen que la acusación fue inventada para aislar más a Teherán, cuyo disputado programa nuclear ha llevado a la ONU a aplicar severas rondas de sanciones.
“Todas estas presiones buscan evitar que avancemos”, dijo el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, citado el domingo por la agencia de noticias oficial IRNA.
“Todas estas presiones buscan evitar que avancemos”, dijo el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, citado el domingo por la agencia de noticias oficial IRNA.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, afirmó el sábado que la acusación del complot era “absurda y sin sentido”.
La medida saudí se produce tras los comentarios del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien dijo que presionaría por “las sanciones más severas posibles” contra Irán por el presunto complot y afirmó que no descataría las opciones disponibles, una frase usada comúnmente para referirse a la posibilidad de una acción militar.
El ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, el príncipe Saud al-Faisal, dijo el miércoles en Viena que Irán era “responsable” por el complot desmantelado e insistió en que el reino adoptaría “una respuesta adecuada”.
Las tensiones entre Irán, de mayoría musulmana chiita, y la sunita Arabia Saudita se han elevado en los últimos meses, puesto que las revueltas árabes alteraron el balance de poder en Medio Oriente.
Previamente este mes, Arabia Saudita pareció culpar a Irán, aunque no la nombró, por instigar enfrentamientos el 3 de octubre entre miembros de la minoría chiita del reino y las fuerzas de seguridad en los cuales resultaron heridas 14 personas.