Decenas de "rickshaw", el popular triciclo de motor asiático, iniciaron hoy en Yakarta una apasionante carrera de 3.000 kilómetros que les llevará durante dos semanas a través de Indonesia, Malasia y Tailandia hasta Bangkok.
Más de 60 participantes de 12 países partieron de la capital indonesia a bordo de sus pintorescos triciclos cargados de alimentos y tecnología GPS para la larga travesía, en la que recaudarán fondos destinados a la protección del medio ambiente.
Los concurrentes son originarios de países europeos, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, y solo hay un equipo asiático, de Singapur.
La carrera "Rickshaw Run Southeast Asia", que cumple su primera edición, ha sido promovida por la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), presidida este año por Indonesia, para publicitar la belleza y los lazos culturales de la región.
Los "rickshaw" atravesarán las islas indonesias de Java y Sumatra y, tras cruzar el estrecho de Malaca en barco, ascenderán por el estado malasio de Penang, desde donde cruzarán hasta la provincia de Satun, en el sur de Tailandia.
Está previsto que el 30 de octubre lleguen a la meta final en Bangkok, aunque no hay una ruta preestablecida para conquistar este objetivo.
El rally está pensado para que "los corredores se pierdan, se atasquen los motores, se vuelvan a perder y que el barro y los manglares les cubran hasta la cintura", explica Tom Morgan, el director de la compañía británica de aventuras que organiza la carrera.
"No existen garantías de que lleguen a la meta y no tienen más apoyo que su ingenio y arrojo", apunta.
Los nervios de los participantes eran evidentes minutos antes del inicio oficial: algunos automóviles no arrancaban y otros se calaban ante las risas de los curiosos que se apelotonaron en la línea de salida.
Dos niñas vestidas con ropa tradicional bendijeron cada uno de los triciclos con una lluvia de pétalos, como es costumbre en Indonesia, y las autoridades de la ASEAN cortaron la cinta que inauguraba la competición.
Los relucientes y coloridos "rickshaw" -fabricados en la localidad indonesia de Solo- tienen las chapas repletas de pegatinas de los patrocinadores y portan móviles e incluso tabletas electrónicas con GPS para ayudarse en la ruta.
El trayecto obligará a los aventureros a adentrarse en frondosos bosques, tortuosas carreteras, caminos pedregosos sin asfaltar y áreas montañosas en las que se verán a menudo con las lluvias copiosas del monzón o la estación lluviosa.
La ASEAN creó esta competición de "rickshaw" ("bemo" en indonesio y "tuk-tuk" en tailandés) en homenaje al popular vehículo que serpentea por las calles de la mayoría de las ciudades del Sudeste Asiático.
El término "rickshaw" proviene del japonés "jinrikisha" ("vehículo de propulsión humana"), aunque la versión motorizada tiene su origen en los triciclos Ape C fabricados en 1948 por la casa italiana Piaggio basados en las motos Vespa.
"El "rickshaw" es uno de los elementos de cultura común que compartimos los ciudadanos del Sudeste Asiático", indica a Efe el secretario general de la ASEAN, el tailandés Surin Pitsuwan.
Los mototaxis partieron cargados hasta el límite de víveres, ropa y herramientas de mecánica básica para solventar los previsibles problemas que se presentarán durante esta odisea.
No obstante, los modestos motores (de apenas 10 caballos de potencia) sufrían para mover a las dos o tres personas que componen cada escuadra y el correspondiente equipaje.
Los concursantes estaban exultantes de energía y se prestaban de buen humor a tomarse fotografías; algunos de ellos incluso iniciaron el viaje disfrazados de aviadores, de recién casados (con chaqué incluido) o de ejecutivos.
El rally fue escoltado la Policía que abrió paso por las populosas calles de Yakarta.
Al final del viaje, donarán el dinero recaudado a los proyectos de la asociación ecologista BirdLife International para reforestar los bosques de Sumatra y salvar a muchas de las especies que viven en ellos.
Más de 60 participantes de 12 países partieron de la capital indonesia a bordo de sus pintorescos triciclos cargados de alimentos y tecnología GPS para la larga travesía, en la que recaudarán fondos destinados a la protección del medio ambiente.
Los concurrentes son originarios de países europeos, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, y solo hay un equipo asiático, de Singapur.
La carrera "Rickshaw Run Southeast Asia", que cumple su primera edición, ha sido promovida por la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), presidida este año por Indonesia, para publicitar la belleza y los lazos culturales de la región.
Los "rickshaw" atravesarán las islas indonesias de Java y Sumatra y, tras cruzar el estrecho de Malaca en barco, ascenderán por el estado malasio de Penang, desde donde cruzarán hasta la provincia de Satun, en el sur de Tailandia.
Está previsto que el 30 de octubre lleguen a la meta final en Bangkok, aunque no hay una ruta preestablecida para conquistar este objetivo.
El rally está pensado para que "los corredores se pierdan, se atasquen los motores, se vuelvan a perder y que el barro y los manglares les cubran hasta la cintura", explica Tom Morgan, el director de la compañía británica de aventuras que organiza la carrera.
"No existen garantías de que lleguen a la meta y no tienen más apoyo que su ingenio y arrojo", apunta.
Los nervios de los participantes eran evidentes minutos antes del inicio oficial: algunos automóviles no arrancaban y otros se calaban ante las risas de los curiosos que se apelotonaron en la línea de salida.
Dos niñas vestidas con ropa tradicional bendijeron cada uno de los triciclos con una lluvia de pétalos, como es costumbre en Indonesia, y las autoridades de la ASEAN cortaron la cinta que inauguraba la competición.
Los relucientes y coloridos "rickshaw" -fabricados en la localidad indonesia de Solo- tienen las chapas repletas de pegatinas de los patrocinadores y portan móviles e incluso tabletas electrónicas con GPS para ayudarse en la ruta.
El trayecto obligará a los aventureros a adentrarse en frondosos bosques, tortuosas carreteras, caminos pedregosos sin asfaltar y áreas montañosas en las que se verán a menudo con las lluvias copiosas del monzón o la estación lluviosa.
La ASEAN creó esta competición de "rickshaw" ("bemo" en indonesio y "tuk-tuk" en tailandés) en homenaje al popular vehículo que serpentea por las calles de la mayoría de las ciudades del Sudeste Asiático.
El término "rickshaw" proviene del japonés "jinrikisha" ("vehículo de propulsión humana"), aunque la versión motorizada tiene su origen en los triciclos Ape C fabricados en 1948 por la casa italiana Piaggio basados en las motos Vespa.
"El "rickshaw" es uno de los elementos de cultura común que compartimos los ciudadanos del Sudeste Asiático", indica a Efe el secretario general de la ASEAN, el tailandés Surin Pitsuwan.
Los mototaxis partieron cargados hasta el límite de víveres, ropa y herramientas de mecánica básica para solventar los previsibles problemas que se presentarán durante esta odisea.
No obstante, los modestos motores (de apenas 10 caballos de potencia) sufrían para mover a las dos o tres personas que componen cada escuadra y el correspondiente equipaje.
Los concursantes estaban exultantes de energía y se prestaban de buen humor a tomarse fotografías; algunos de ellos incluso iniciaron el viaje disfrazados de aviadores, de recién casados (con chaqué incluido) o de ejecutivos.
El rally fue escoltado la Policía que abrió paso por las populosas calles de Yakarta.
Al final del viaje, donarán el dinero recaudado a los proyectos de la asociación ecologista BirdLife International para reforestar los bosques de Sumatra y salvar a muchas de las especies que viven en ellos.
EFE