(AFP) - Holanda ganó este sábado el campeonato Mundial de béisbol en Panamá tras derrotar 2×1 a Cuba con la brillante labor del abridor Robbie Cordemans, en un partido disputado en el estadio Rod Carew de la capital, que le dio a los europeos su primer galardón en la historia del torneo.
Los lanzadores holandeses solo permitieron cinco imparables, mientras que Bryan Engelhardt y Jonathan Schoop, oriundos de Curazao, se destacaron a la ofensiva con una carrera impulsada cada uno para sellar la victoria ante los favoritos cubanos.
“No creamos muchas oportunidades, no bateamos tan bien como algunos equipos, pero cuando tuvimos esas oportunidades estos muchachos tienden a responder. Es una sed por dar el gran batazo y lo hicimos una y otra vez”, dijo a la AFP el estadounidense Brian Farley, manager de Holanda.
Cuba consiguió así su cuarta medalla de plata en 38 ediciones de la copa mundial, mientras que Estados Unidos y Canadá comparten el bronce luego que su partido fuera cancelado debido a la insistente lluvia que cayó todo el sábado sobre Panamá.
Las precipitaciones retrasaron por más de cuatro horas el inicio de la final, que desde el primer inning se convirtió en un duelo de lanzadores entre Cordemans y el cubano Yulieski González.
El pitcher holandés había silenciado en los primeros tres episodios a los calientes bates cubanos, pero en el cuarto Frederich Cepeda rompió la sequía con un doble y luego anotó con un elevado de Alfredo Despaigne.
Holanda respondió en la parte baja de ese capítulo, y con dos hombres en las almohadillas, Engelhardt conectó un imparable por la primera base que empujó a Sidney De Jong con el empate, y luego Schoop la rodó con fuerza por el medio del cuadro para remolcar a Curt Smith.
“Estaba bateando con mente abierta para hacer contacto y hacer carreras”, explicó a la AFP Schoop, que defiende la tercera base.
Cuba se jugó el pellejo hasta el final, y amenazó con hombres en primera y segunda base en el tope del noveno inning y dos outs, pero el bateador emergente Héctor Oliveira disparó una línea al guante de Schoop, quien saltó de júbilo para comenzar la celebración de los europeos.
Ganó Cordemans y perdió González, mientras que David Bergman se quedó con el salvado.
El partido observado por medio millar de aficionados en el estadio Rod Carew, culminó con un show de luces, danza y fuegos artificiales para oficialmente poner fin a dos semanas de fiesta beisbolera en cuatro ciudades panameñas: Ciudad de Panamá y las localidades sureñas de Chitré, Santiago y Aguadulce.
Desde el inicio del torneo, el “trabuco” cubano lució imponente en todos sus juegos, exhibiendo una demoledora artillería y un sólido pitcheo para lograr diez victorias. Su única mancha había sido una derrota en la segunda vuelta, precisamente ante el nueve holandés con marcador 4×1.
Los holandeses, que perdieron un solo encuentro en el torneo, exhibieron un pitcheo hermético y resolvieron sus partidos con una compacta pero eficiente ofensiva de pocos hits, una fórmula que repitieron en la justa final.
Sin embargo, el equipo europeo no dejó de demostrar fuerza y acumuló 12 cuadrangulares, el mismo número que los cubanos.
Pero Cuba fue el máximo exponente de poder, liderando las estadísticas en promedio de bateo (.328), anotadas (79), imparables (129), triples (6) e impulsadas (72).
En logros individuales, el venezolano Wuilians Vasquez fue el más jonronero con cinco vuelacercas.
Para Holanda, esta final suponía la primera de su historia, luego de haber ocupado el cuarto lugar en 2005 y 2007.
El quinto lugar quedó para Australia, la revelación del torneo, que venció 3×2 a Corea del Sur este sábado, lo que dejó a los asiáticos en la sexta posición.
La séptima casilla quedó en manos de Venezuela, tras vencer 8×3 el sábado a la anfitriona Panamá, que termina como la octava selección del torneo.