AFP-Tras casi un lustro de espera, el Congreso estadounidense se disponía este miércoles a aprobar los tratados de libre comercio (TLC) con Colombia, Panamá y Corea del Sur.
Con las mayorías ya acordadas, primero lo votará la Cámara de Representantes para luego enviarlo esta misma jornada al Senado, y finalmente elevarlo al presidente.
Estados Unidos, cuya economía necesita desesperadamente crear puestos de trabajo, espera con estos tratados aumentar sus exportaciones en unos 12.000 millones de dólares, el 90% de las cuales con su poderoso socio comercial asiático.
El presidente surcoreano, Lee Myung-Bak, llega este miércoles a Washington para iniciar una visita oficial.
Con Colombia y Panamá los beneficios serán mucho más modestos para la economía estadounidense, del orden de poco más de 1.000 millones de dólares en nuevas exportaciones, según cálculos oficiales.
Pero los acuerdos representan para el sector agropecuario una última oportunidad de recuperar mercados, particularmente en Colombia, que está orientando cada vez más sus compras de insumos primarios a Canadá, Brasil y Argentina.
Para los dos países latinoamericanos, que ya exportaban cerca del 90% de sus productos libres de aranceles a Estados Unidos, el acuerdo representa también una buena oportunidad para zafarse del creciento dominio de las inversiones chinas.
Estos tres nuevos TLC fueron negociados y firmados originalmente por el anterior presidente George W. Bush, primero con Colombia, en 2006 y al año siguiente con Panamá y Corea del Sur.
Los demócratas, que pasaron a dominar el Congreso en 2008, exigieron cambios fundamentales en los tres acuerdos, lo que empantanó las negociaciones durante años.
Corea del Sur consintió finalmente abrir más su mercado a los autos estadounidenses, y Colombia y Panamá introdujeron respectivamente cambios en su legislación laboral y fiscal.
Bogotá aprobó en particular un plan de acción muy detallado este año de mejoras de los derechos laborales y de protección de líderes sindicales.
Colombia es uno de los países que registra más asesinatos de líderes sindicales en el mundo, 51 casos en 2010, según Human Rights Watch (HRW).
Activistas de izquierda protestaron el martes en el interior del hemiciclo del Senado estadounidense cuando una comisión debatía estos tres TLC.
Los legisladores demócratas más recalcitrantes acusan al gobierno de Barack Obama de no vincular legalmente el cumplimiento del plan de acción colombiano a la aprobación del TLC.
Los defensores del acuerdo aseguran que el nivel de violencia contra los trabajadores colombianos ha bajado drásticamente en la última década.
El gobierno Obama, inicialmente muy cauto con esos tres TLC, acabó dándole el empujón necesario este año, tras negociar los cambios que exigían sus aliados sindicales.
"El gobierno se asegurará que Colombia implemente con éxito los elementos clave del plan de acción antes de que el TLC entre en vigor", aseguró la Casa Blanca en una nota oficial el martes.
Los tres TLC podrían tardar hasta seis meses en ser aplicados, aunque está previsto que el presidente los firme en cuanto los reciba del Congreso.
El TLC más importante, con Corea del Sur, podría significar la creación directa de 70.000 puestos de trabajo, según las estimaciones de la Oficina del Representante Comercial estadounidense (USTR).
El gobierno Obama consiguió arrancar de la oposición republicana la aprobación de un viejo programa de ayuda a la reconversión profesional conocido como TAA para decenas de miles de trabajadores estadounidenses, afectados por la entrada en vigor de acuerdos de libre comercio, a cambio de la mayoría necesaria.
Con el TLC con Colombia se aprobará igualmente la renovación de las preferencias arancelarias andinas (ATPDEA), que beneficiará a Ecuador.
Estados Unidos tiene hasta la fecha acuerdos de libre comercio con 17 países, entre ellos México, naciones de América Central, República Dominicana y Perú.