Mujer que lleva 10 años de ayuno podría finalizar huelga por encontrar novio
Irom Sharmila lleva diez años de ayuno para poner fin a la violencia militar en la región de Manipur, en el noreste indio, en una iniciativa sin parangón y que hay quien ahora ve peligrar debido a que la activista ha encontrado el amor.
El presunto culpable se llama Desmond Coutinho, un británico de origen indio que se puso en contacto con Sharmila vía postal y de quien ella se ha enamorado pero que ha despertado la desconfianza y no pocos recelos entre los simpatizantes de la activista.
La historia de Sharmila comenzó en noviembre de 2000, cuando con 28 años inició una huelga de hambre contra una ley que permite a las fuerzas de seguridad de Manipur -donde hay corrientes secesionistas- "ejecutar y torturar con impunidad", según Amnistía Internacional.
"Mi ayuno es un medio. No tengo otro", defendió en una entrevista Irom Sharmila, que advirtió que solo abandonaría su huelga de hambre "cuando sea retirada" la conocida como Ley de Facultades Especiales de las Fuerzas Armadas (AFSPA), vigente en la región.
El asunto dio, no obstante, un giro cuando poco después Sharmila fue acusada de tratar de poner fin a su vida con su protesta.
En la India el intento de suicidio es algo que está penado por la ley, por lo que desde entonces Sharmila ha permanecido casi de manera continua en el hospital Jawaharlal Nehru de Imphal, la capital de Manipur, incomunicada en una zona de alta seguridad.
Las autoridades indias obligan a Sharmila a alimentarse en el centro médico a través de una sonda vía nasal, "pero durante todo este tiempo, no ha bebido agua ni comido nada", según la escritora Deepti Priya Mehrotra, autora de una biografía sobre la activista.
"¿Hay alguien puede concebir que no se permitan visitas a quien está acusada de intentar suicidarse?. Solo lo hacen para frustrar su voluntad y que finalice el ayuno", denunció a Efe la escritora, que calificó la acción de Sharmila de "enorme sacrificio".
El esfuerzo, sin embargo, no ha movilizado a la opinión pública india como lo han hecho otros activistas; el último ejemplo es Anna Hazare, cuyo ayuno para luchar contra la corrupción mantuvo al país en vilo durante más de una semana el pasado septiembre.
"La causa por la que Sharmila está luchando es antimilitar y el problema es que la gente en la India no sabe qué significa esto, mientras que la corrupción está presente en la vida de todos a diario", reflexionó Mehrotra al respecto.
Pese a la sordina que había aplicado hasta ahora al caso de Sharmila, la prensa local no ha dejado de hacerse eco en los últimos días del notable rechazo que ha causado entre algunos simpatizantes de la activista su historia de amor con Desmond Coutinho.
Contactado por Efe, Coutinho atribuyó ese rechazo a la impresión extendida entre los seguidores de la activista de que él es un "espía del sexo enviado por el Gobierno indio" para convencer a Sharmila "de que abandone su huelga de hambre".
Tras negar de plano que ese sea el caso, y censurar el tratamiento que ha dado la prensa local a su historia de amor, Coutinho aseguró que simplemente se ha enamorado de quien considera "una princesa que lo ha sacrificado todo por su gente".
También Babloo Loitongbam, el rostro más visible de los simpatizantes de Sharmila, criticó la atención que los medios de comunicación indios han prestado al amor entre la activista y Coutinho, con un enfoque que tildó de "sensacionalista".
Director de la organización Alerta, que defiende el respeto a los los Derechos Humanos, Loitongbam se lamentó de que se trata de una atención mediática que, en contraste, "nunca recibió" la huelga de hambre que Sharmila protagoniza desde hace una década.
En la polémica ha venido a terciar la propia activista, que en vísperas de cumplir dentro de tres semanas once años de ayuno, expresó en declaraciones al diario Telegrah su intención de casarse con Coutinho; eso si, "una vez que mi demanda sea atendida".
El presunto culpable se llama Desmond Coutinho, un británico de origen indio que se puso en contacto con Sharmila vía postal y de quien ella se ha enamorado pero que ha despertado la desconfianza y no pocos recelos entre los simpatizantes de la activista.
La historia de Sharmila comenzó en noviembre de 2000, cuando con 28 años inició una huelga de hambre contra una ley que permite a las fuerzas de seguridad de Manipur -donde hay corrientes secesionistas- "ejecutar y torturar con impunidad", según Amnistía Internacional.
"Mi ayuno es un medio. No tengo otro", defendió en una entrevista Irom Sharmila, que advirtió que solo abandonaría su huelga de hambre "cuando sea retirada" la conocida como Ley de Facultades Especiales de las Fuerzas Armadas (AFSPA), vigente en la región.
El asunto dio, no obstante, un giro cuando poco después Sharmila fue acusada de tratar de poner fin a su vida con su protesta.
En la India el intento de suicidio es algo que está penado por la ley, por lo que desde entonces Sharmila ha permanecido casi de manera continua en el hospital Jawaharlal Nehru de Imphal, la capital de Manipur, incomunicada en una zona de alta seguridad.
Las autoridades indias obligan a Sharmila a alimentarse en el centro médico a través de una sonda vía nasal, "pero durante todo este tiempo, no ha bebido agua ni comido nada", según la escritora Deepti Priya Mehrotra, autora de una biografía sobre la activista.
"¿Hay alguien puede concebir que no se permitan visitas a quien está acusada de intentar suicidarse?. Solo lo hacen para frustrar su voluntad y que finalice el ayuno", denunció a Efe la escritora, que calificó la acción de Sharmila de "enorme sacrificio".
El esfuerzo, sin embargo, no ha movilizado a la opinión pública india como lo han hecho otros activistas; el último ejemplo es Anna Hazare, cuyo ayuno para luchar contra la corrupción mantuvo al país en vilo durante más de una semana el pasado septiembre.
"La causa por la que Sharmila está luchando es antimilitar y el problema es que la gente en la India no sabe qué significa esto, mientras que la corrupción está presente en la vida de todos a diario", reflexionó Mehrotra al respecto.
Pese a la sordina que había aplicado hasta ahora al caso de Sharmila, la prensa local no ha dejado de hacerse eco en los últimos días del notable rechazo que ha causado entre algunos simpatizantes de la activista su historia de amor con Desmond Coutinho.
Contactado por Efe, Coutinho atribuyó ese rechazo a la impresión extendida entre los seguidores de la activista de que él es un "espía del sexo enviado por el Gobierno indio" para convencer a Sharmila "de que abandone su huelga de hambre".
Tras negar de plano que ese sea el caso, y censurar el tratamiento que ha dado la prensa local a su historia de amor, Coutinho aseguró que simplemente se ha enamorado de quien considera "una princesa que lo ha sacrificado todo por su gente".
También Babloo Loitongbam, el rostro más visible de los simpatizantes de Sharmila, criticó la atención que los medios de comunicación indios han prestado al amor entre la activista y Coutinho, con un enfoque que tildó de "sensacionalista".
Director de la organización Alerta, que defiende el respeto a los los Derechos Humanos, Loitongbam se lamentó de que se trata de una atención mediática que, en contraste, "nunca recibió" la huelga de hambre que Sharmila protagoniza desde hace una década.
En la polémica ha venido a terciar la propia activista, que en vísperas de cumplir dentro de tres semanas once años de ayuno, expresó en declaraciones al diario Telegrah su intención de casarse con Coutinho; eso si, "una vez que mi demanda sea atendida".
EFE