Giovanni, un mago al servicio de la Selección colombia
Giovanni Moreno es un mago del balón. La pelota obedece tranquilamente a todos los movimientos que emite su cuerpo, hasta descansar en su empeine.
Hace ver el fútbol fácil, no tiene reparos en hacer un túnel, eludir a varios rivales o hacer un gol de antología. Su misión es disfrutar con el fútbol y que el fútbol disfrute con él.
En Argentina es ídolo. De los grandes. Juega para el Racing de Avellaneda, junto al delantero barranquillero Teófilo Gutiérrez, su gran amigo. “Es una persona especial. Me brindó su apoyo en los momentos duros. Es muy lindo compartir con él en la Selección”, afirmó.
Gio superó una para larga de seis meses a raíz de una dura lesión que sufrió en su rodilla izquierda. Se perdió la Copa América, fueron momentos duros los que vivió El Flaco, como lo llaman cariñosamente sus amigos del fútbol. Ahora está volviendo poco a poco a las canchas. La lesión es solo un mal recuerdo, ya enterrado en su memoria.
“Fueron momentos muy duros los que viví. Hacía parte del proceso, estaba en todas las convocatorias y me preparaba para jugar la Copa América. Venía jugando muy bien, creo que estaba en mi mejor momento, y de repente llega la lesión y lo daña todo. Fue muy duro ver a mis compañeros desde la tribuna y no poder ayudarlos en la cancha. Pero me levanté, ahora estoy motivado y con ganas de recuperar mi nivel”, confiesa.
El técnico Leonel Álvarez lo convocó para el primer juego de las Eliminatorias ante Bolivia en La Paz. Aún no está en su punto, poco a poco va agarrando el ritmo, pero en un equipo nunca sobrarán los jugadores talentosos como él. Mientras llega su oportunidad, Gio disfruta de su convocatoria.
“Estoy feliz. Estar en la Selección nacional es motivo de alegría y de orgullo. Uno como jugador siempre hace las cosas bien para que lleguen estas oportunidades, y siempre trato de disfrutar cuando estoy aquí rodeado de mis amigos”, aseguró.
En la cancha esos mismos compañeros tratan de consentirlo, de ayudarlo. Nadie le entra fuerte, todos tratan de que se sienta cómodo, que pueda desplegar su talento.
“Esto es una familia. Ellos me ayudaron mucho en los momentos duros. Recibí muchas llamadas, sentí el apoyo y eso fue fundamental para mi recuperación. Ahora quiero retribuirles todo ese cariño con fútbol y goles para la Selección”, sostuvo al terminar una sesión en la sede de La Equidad, lugar en el que se prepara el conjunto patrio.
Su análisis
Por lo visto en las prácticas, Giovanni no será utilizado ante Bolivia. El volante antioqueño igual sigue entrenando, analiza al rival y a la altura de La Paz, un factor extradeportivo que puede perjudicar al equipo si no se toman las medidas necesarias para combatirlo.
“Vamos a Bolivia por lo tres puntos, pero teniendo muchas precauciones en nuestro planteamiento. La altura es una realidad, muchos aseguran que es algo psicológico, pero hay que entender que La Paz es una plaza difícil y hay que respetarla. Por eso nuestra idea de juego es tener la pelota. Si Colombia tiene el balón va a marcar la diferencia. Tenemos jugadores de muy buena técnica y que pueden sacar ventaja en el mano a mano ante cualquier rival”, manifestó.
Gio no se cambia por nadie. Si Colombia en algún momento necesita de su magia, ahí está para brindársela. Es un jugador que no ha perdido la humildad y que aprendió una gran lección de vida a raíz de su dura lesión.
Al final del entrenamiento una bolsa de hielo cubre su rodilla izquierda. Cualquiera se preocupa al verlo así, pero él se lo toma con tranquilidad. “Estoy bien, es solo un mantenimiento”, dice en medio de una risa tranquilizante que contagia a sus compañeros. Bogotá
Por William González Badillo
Enviado especial EL HERALDO
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