La operadora de la central de Fukushima Daiichi, TEPCO, anunció que espera llevar a parada fría los reactores de la planta este mismo año, en lugar de la fecha de enero de 2012 prevista inicialmente.
En una actualización de la llamada "hoja de ruta" para cerrar la crisis nuclear, TEPCO también indicó que los niveles de radiactividad que emite la deteriorada central se han reducido a la mitad en el último mes.
La operadora anunció que el volumen de sustancias radiactivas procedentes de la central son en al actualidad de 100 millones de becquereles por hora, una cifra muy inferior a la publicada en agosto, cuando era de 200 millones de becquereles por hora, y de julio, cuando ascendía a 1.000 millones de becquereles por hora.
TEPCO también confirmó que la temperatura del reactor 1 se encontraba este mismo sábado en 74 grados centígrados, el de la unidad 2 en 83 grados y el de la 3 en 73 grados.
Para que se consideren estabilizados y en parada fría, los reactores deben permanecer por debajo de 100 grados incluso si se produce una emergencia, por lo que TEPCO mantiene un doble sistema de reciclaje del agua radiactiva de la central.
Ambos dispositivos reciclan el agua contaminada acumulada en los sótanos de la planta para posteriormente inyectarla como refrigerante en los reactores.
La operadora también trabaja para concluir a finales de este mes la instalación de una cubierta de láminas de poliéster en el reactor 1 de la central, que evitará que disperse sustancias radiactivas.
TEPCO tiene previsto realizar pruebas del sistema, que estima será capaz de eliminar el 90 por ciento de los materiales radiactivos que emite el reactor, precisó la televisión pública NHK.
El informe publicado por la operadora de Fukushima también detalla que el volumen de agua acumulada está en un nivel capaz de soportar fuertes lluvias y apagones prolongados, y que el sistema de reciclaje de la misma, que hasta ahora ha procesado 128.140 toneladas, acerca a la central al estado de parada fría.
La planta nuclear de Fukushima Daiichi es el epicentro de la peor crisis nuclear en los últimos 25 años, desatada por el terremoto y el tsunami que asoló el noreste del país el 11 de marzo.