Según un estudio realizado en Estados Unidos, las parejas que no son materialistas tienen entre un 10 y un 15% más de estabilidad en el matrimonio, además de una mejor comunicación y mayor preocupación por el otro.
Esto a diferencia de aquellas más preocupadas por los aspectos financieros de la relación, se establece que quienes son menos materialistas resuelven antes sus problemas y son más felices, pues saben manejar mejor sus dificultades.
El estudio analizó a 1.734 parejas casadas entre el año 2000 y 2007, y descubrió que aquellos que tienen como principal objetivo la compra de bienes y que aseguran que el dinero es una de las cosas más importante, son menos felices que las que muestran poco interés en estos aspectos.
Para arribar a estas conclusiones, las parejas participantes debían evaluar su relación mediante un cuestionario, que determinaba si se consideraban o no materialistas, cómo veían a sus parejas o si tenían una buena disposición con el otro.
El estudio analizó a 1.734 parejas casadas entre el año 2000 y 2007, y descubrió que aquellos que tienen como principal objetivo la compra de bienes y que aseguran que el dinero es una de las cosas más importante, son menos felices que las que muestran poco interés en estos aspectos.
Para arribar a estas conclusiones, las parejas participantes debían evaluar su relación mediante un cuestionario, que determinaba si se consideraban o no materialistas, cómo veían a sus parejas o si tenían una buena disposición con el otro.
Según Jason Carroll, autor principal del estudio, "cuando ambos cónyuges son materialistas, estaban peor en casi todas los ítems que midieron".
Según explica Carroll a La Tercera, el materialismo daña al menos en tres formas la vida en pareja. Primero, puede hacer que se gaste el dinero imprudentemente, generando tensiones financieras.
Según explica Carroll a La Tercera, el materialismo daña al menos en tres formas la vida en pareja. Primero, puede hacer que se gaste el dinero imprudentemente, generando tensiones financieras.
También influye en que los cónyuges estén menos satisfechos con lo que tienen, aun cuando la pareja sea estable financieramente, y este mismo descontento lleva a cambios de humor y conflictos en la relación.
Por último, dice que "la pareja materialista con frecuencia se centra menos en sus relaciones; buscan la felicidad en los bienes, no en las personas".
Una de las recomendaciones que plantea Carroll a los terapeutas es revisar la realidad económica de la pareja, porque las discusiones o dificultades financieras muchas veces son problemas de comportamiento o actitud más que dificultades económicas como tales.
Una de las recomendaciones que plantea Carroll a los terapeutas es revisar la realidad económica de la pareja, porque las discusiones o dificultades financieras muchas veces son problemas de comportamiento o actitud más que dificultades económicas como tales.