La Unión Europea (UE) instó a Grecia a rebajar el salario mínimo en el marco de una huelga de 48 horas para rechazar nuevamente las medidas de ajustes que aplica el Gobierno heleno.
Las medidas de austeridad que ha impuesto el régimen desde hace un año y medio para disminuir su enorme déficit incluyen reducir la plantilla del sector público en un 30% hacia 2013, lo que significa que cientos de miles de funcionarios serán despedidos o pasarán a la jubilación adelantada.
En Grecia, el salario mensual mínimo es de 750 euros (1.032 dólares) -superior al de España, Portugal, Polonia y de otros países de la UE- y el índice de desocupación se disparó en 2011, que afectó actualmente a un 16% de la población activa.
Con estas cifras, la Unión Europea alegó que el salario de Grecia es superior al de países con un nivel de vida similar y que esa medida podría favorecer el empleo. No obstante, el desempleo en España, a pesar de los salarios más bajos, es superior al de Grecia.
“El salario mínimo es superior al de otros países miembros (de la UE) con niveles económicos comparables; los interlocutores sociales deben mirar si eso es un obstáculo a la creación de empleos”, expresó Matthias Mors, representante de la UE en la troika que audita las cuentas de Grecia, integrada también por el FMI y el Banco Central Europeo (BCE).
En protesta por los despidos y la reducción de sueldos en el sector, los griegos volvieron ayer a salir a las calles y paralizaron los servicios. El transporte público se detuvo ayer de nuevo por una huelga de 48 horas.
Desde las cinco de la madrugada ningún medio de transporte público circuló en la capital griega, lo que ocasionó caos de tráfico debido a que los ciudadanos se vieron obligados a utilizar sus vehículos privados o taxis para llegar a sus trabajos.
Hoy se sumarán a la protesta los taxistas, así que se considera que habrá más dificultades en la circulación de los cerca de cinco millones de habitantes de la ciudad. Los dueños de los 27.000 taxis del país protestarán contra la liberalización de la profesión. Solo está operativo el tren de cercanía que lleva al aeropuerto internacional de Atenas, Elefterios Venizelos.
Por otro lado, los empleados municipales para la recolección de la basura decidieron, la noche del miércoles, continuar las protestas que mantienen ya durante dos semanas, con 7.000 toneladas de basura amontonadas en las calles de la capital.
Otra acción de rechazo a las impopulares medidas del Gobierno para evitar la quiebra del país la organizan miembros del sindicato de trabajadores de la empresa de la electricidad Genop-Deh, que han ocupado el edificio central de la compañía en Atenas para evitar que se envíen a los hogares las facturas de luz, que incluyen un impuesto extraordinario sobre la propiedad.
Especialmente, rechazan el que la medida no excluya cortar el suministros a quienes ya no pueden pagar un impuesto que se sitúa entre los 0,5 a 20 euros por metro cuadrado. Esa disposición afecta a unos 700.000 hogares. “Nos quedaremos aquí hasta que nos saquen por la fuerza”, declaró ayer a los medios el sindicalista Nikos Fotópulos.
En huelga están también los empleados del Ministerio de Cultura, por lo que todos los sitios arqueológicos permanecen cerrados a los turistas. Los abogados han iniciado una huelga de siete días contra la liberalización de su profesión, los guardias de las cárceles no trabajaron ayer y los funcionarios de aduanas empezarán hoy una huelga de diez días.
(PL)