(EFE).- La muerte de “Alonso Cano”, alias del jefe máximo de las Farc, ha supuesto “un duro golpe en la entraña” de esa guerrilla colombiana fundada hace casi medio por Manuel Marulanda “Tirofijo”.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), el grupo guerrillero más antiguo de América Latina y el más numeroso del país, llegó a tener más de 20.000 integrantes, aunque en los últimos años se redujeron a 7.000, según el gobierno.
Fueron fundadas por líderes campesinos para la defensa de sus derechos, pero fue Pedro Antonio Marín, alias “Manuel Marulanda Vélez”, más conocido como “Tirofijo”, quien en 1964 sentó las bases de su organización, junto con el dirigente obrero Luis Morantes, alias “Jacobo Arenas”.
El “hito fundacional” del grupo lo constituyó una operación lanzada el 27 de mayo de 1964 en el caserío de Marquetalia, donde miles de soldados atacaron a medio centenar de campesinos rebeldes encabezados por “Tirofijo”.
Vinculada al Partido Comunista ortodoxo y prosoviético, la guerrilla creció lentamente en los años sesenta y setenta, pero tuvo su auge a comienzos de los ochenta.
En los últimos años las Farc han cambiado su estrategia de la toma armada de municipios, al secuestro de políticos, militares y policías para canjearlos por cerca de 500 guerrilleros presos
Las Farc han entablado negociaciones formales de paz con distintos Gobiernos: en 1984 con el presidente Belisario Betancurt (1982-1986), posteriormente con Virgilio Barco (1986-1990), luego con César Gaviria (1990-1994) y con Andrés Pastrana (1998-2002), todas sin resultados.
El proceso de paz más esperanzador y criticado fue el entablado en 1998 con Pastrana, que cedió a la guerrilla una zona desmilitarizada de 43.000 kilómetros cuadrados en el sur del país para las negociaciones.
El 20 de febrero de 2002 el Gobierno dio por terminada la llamada “zona de distensión”, a raíz del secuestro del senador Jorge Eduardo Gechem, y días después el Ejército recuperó el control del área.
El presidente Alvaro Uribe (2002-2010) rechazó en numerosas ocasiones la propuesta de las Farc de crear una zona desmilitarizada en el Valle del Cauca para negociar un canje de rehenes; aunque en contrapartida ofreció una “zona de encuentro” en un área rural y despoblada.
En agosto de 2007 el presidente venezolano, Hugo Chávez, aceptó ser mediador entre el gobierno colombiano y las Farc para el canje de 45 secuestrados por cerca de 500 guerrilleros presos; mediación que fue cancelada por Uribe en noviembre.
Poco después, el grupo guerrillero anunció la liberación, “como desagravio” a Chávez, de la exparlamentaria Consuelo González, la excandidata a la vicepresidencia Clara Rojas y el hijo que esta tuvo en cautividad; aunque días después >se confirmó que el niño no estaba en poder de las Farc, sino en un orfanato de Bogotá.
Durante 2008 la guerrilla encajó una serie de golpes, comenzando por la muerte de “Tirofijo, que fue sustituido por “Alfonso Cano”.
El 1 de marzo de 2008 el Ejército colombiano bombardeó un campamento guerrillero en territorio ecuatoriano, causando alrededor de 20 muertos, entre ellos Luis Edgar Devia, alias “Raúl Reyes”, el portavoz internacional de las Farc.
Días después, otro miembro del mando guerrillero, “Iván Ríos”, fue asesinado por su guardaespaldas para cobrar una recompensa prometida por el Gobierno. Y en mayo, se produjo la rendición de la comandante “Karina”.
El 2 de julio de 2008 una operación del Ejército colombiano puso fin al secuestro de otras quince personas en poder de las Farc: la excandidata presidencial Ingrid Betancourt, tres estadounidenses y once militares y policías. Betancourt permaneció como rehén más de seis años.
Uribe realizó varios llamamientos a los guerrilleros, animándoles a liberar a los secuestrados con la oferta de cuantiosas recompensas, pero finalizó su mandato sin llegar a ningún acuerdo.
El 23 de septiembre de 2010, y ya con Juan Manuel Santos como presidente, las Farc recibieron un golpe histórico cuando fue muerto su jefe militar, “Mono Jojoy”.
La guerrilla recibió otro golpe el pasado 4 de junio, cuando fue perdió a Alirio Rojas Bocanegra, alias “el Abuelo”, mano derecha de “Alfonso Cano”, cuya muerte fue anunciada ayer.
El politólogo colombiano Ferando Giraldo considera que la muerte de “Alfonso Cano” puede tener “un efecto desmoralizador” en las filas de las guerrilla y el defensor del Pueblo colombiano cree que “es un duro golpe a la entraña de las Farc”