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martes, 13 de diciembre de 2011

AFP: 2011, un año de protestas contra la desigualdad en EE UU y Europa



(AFP) - El 2011 será recordado como el año en el que las clases medias y bajas de Europa y Estados Unidos, desde los “indignados” de España hasta el movimiento “Ocupemos Wall Street”, salieron a protestar contra sus élites por la creciente desigualdad generada por la crisis económica.


El año que se va empezó con un imparable viento de cambio proveniente del norte de Africa, donde manifestaciones populares para derribar los regímenes en el poder se extendieron como una mancha de aceite desde Túnez a Egipto, Libia, Siria y Yemen, en un sorpresivo proceso bautizado “Primavera Arabe”.

Esas protestas, que terminaron muchas veces en un baño de sangre, sirvieron de inspiración para la gente frustrada en Europa y Estados Unidos por el creciente desempleo, el caos financiero y la incapacidad de los gobiernos para encontrar soluciones a la crisis que comenzó en 2008.

En un mundo en el que el poder de las finanzas y las corporaciones parece tener demasiada influencia y controlar la política, las clases medias ven cómo su nivel de vida se deteriora rápidamente y los jóvenes recién egresados se encuentran sin empleo y, por lo tanto, sin futuro.

Los griegos habían dado el puntapié inicial en 2010, saliendo a la calle en forma masiva para manifestarse contra los planes de ajuste adoptados para salvar al país de la quiebra

El pasado 15 de mayo aparece en Madrid el primer campamento de los “indignados”, que se levantan contra los recortes presupuestarios que afectan a los sectores más vulnerables, mientras se siguen gastando miles de millones de dólares para salvar bancos que pagan salarios extraordinarios a sus directivos.

Este movimiento se extiende a otras ciudades de España, como Barcelona, Valencia y Zaragoza, así como también a Lisboa, París, Bruselas e incluso Tel Aviv.

El 19 de junio, 200.000 personas se congregan en Madrid. A principios de septiembre, unas 400.000 salen a las calles en Tel Aviv y una quincena de ciudades en Israel.

En Gran Bretaña, la rabia de las juventud marginada explota en agosto con violentos incidentes y saqueos en Londres.


La protesta llega a Estados Unidos el 17 de septiembre, cuando el hasta allí desconocido movimiento “Ocupemos Wall Street” (OWS), que no reconoce líderes y denuncia el poder del mundo de las finanzas, la avaricia y la corrupción de los más ricos, se instala en una plaza cerca de la Bolsa de Nueva York.

“Somos el 99%”, dicen los manifestantes, que rechazan definir con precisión sus reivindicaciones y aprovechan las redes sociales para transmitir su mensaje a través de un país duramente afectado por el desempleo y en el que las corporaciones financieras parecen incontrolables.

Los Angeles, Boston, Seattle, Washington, Filadelfia: campamentos similares al de OWS surgen en decenas de ciudades estadounidenses y luego en Canadá, Londres, Fráncfort.

Su reclamo encuentra eco hasta en el presidente estadounidense Barack Obama, que ha admitido recientemente que las desigualdades “se encuentran en un nivel nunca visto desde la Gran Depresión” de los años 30.


Tras asistir atónitas al nuevo fenómeno, las autoridades deciden a partir de octubre desmantelar los campamentos, muchas veces a través de violentos operativos policiales.

Sin un lugar público permanente desde el cual manifestarse, los movimientos de protesta buscan ahora nuevas estrategias para mantener viva su protesta.

En Estados Unidos, las elecciones presidenciales de 2012 aparecen como una caja de resonancia perfecta para que OWS redoble su presión.

En Europa, el ajuste que llevan a cabo muchos países, y que no haría más que agudizarse el año próximo, promete también seguir alimentando la ira popular.