EFE).- El disidente cubano Guillermo Fariñas criticó el estilo de
vida de Fidel y Raúl Castro, que calificó de capitalista, y señaló que
ambos buscan que Cuba adopte progresivamente esta corriente económica por
pragmatismo y ansias de poder.
“Tienen propiedades en España, Argentina y Chile, negocios
con Bacardí y en la industria del vino. Tienen mucho que perder. Son muy
comunistas, pero viven como capitalistas”, afirmó Fariñas durante una entrevista
que publica hoy el diario peruano El Comercio.
Según el psicólogo de 49 años, los hermanos Castro han desplazado su
ideología comunista por el pragmatismo y por las ansias de poder,
aunque quieren quedar ante la historia “como que nunca se vendieron al
capitalismo”.
“Desde hace un año se han realizado una serie de maniobras de corte
neoliberal dentro del Gobierno cubano, pese a que durante 40 años se habló mal
de este sistema”, expresó
Fariñas afirmó que la insatisfacción del pueblo cubano es
grande ante estas medidas y que el Gobierno está preparando “un
aterrizaje” al capitalismo que no les conlleve un costo político.
Para Fariñas, las revueltas en el mundo árabe de este año, que produjeron la
caída de líderes instaurados en el poder durante décadas, han marcado a
los Castro y también a los opositores.
“Ellos están tratando de que no ocurra lo de Libia, que por el aferramiento
de la familia (de Muamar) Gadafi lo perdieron todo, incluso sus vidas. A ellos
ya no les importa tanto su futuro, sino el de sus hijos, nietos y bisnietos”,
manifestó.
El disidente reconoció que no es fácil ser opositor en su
país y dijo que los que existen no están divididos sino “atomizados”,
ya sea por las maniobras del Gobierno o por los rasgos de personalidad de los
líderes.
“Aquí, en Cuba, te inculcan el miedo desde que naces, por
eso no se puede ser opositor de un solo golpe. Uno va aprendiendo a perder el
miedo poco a poco”, precisó.
Fariñas, quien adquirió reconocimiento internacional por sus prolongadas
huelgas de hambre que lo llevaron al borde de la muerte, dijo
que padece secuelas de esas medidas de protesta, como “una trombosis muy
peligrosa” y serios problemas en los huesos.
“Las huelgas de hambre me han causado un desgaste óseo que me causa mucho
dolor en las articulaciones, pero creo que lo principal es el espíritu”,
aseguró