La joven Erika Molina, de nacionalidad peruana, aparece identificada con el número 17 en la lista de fallecidos, luego que el crucero Costa Concordia encallara cerca de la isla de Giglio, en Italia.
Hasta ahora no han sido ubicados sus restos, pero la familia insiste en que no regresarán a su natal Perú, hasta que no hallen su cuerpo.
Entre los pasajeros del Concordia se supo que Érika, quien se desempeñaba como camarera en el barco, fue una de las más valientes y que, incluso, prestó apoyo en las labores de evacuación.
Lo último que se supo de la joven es que se subió a una pequeña embarcación, que estaba llena de gente y todos cayeron al mar.
Elar, el hermano mayor de Érika, asegura que sus padres prometieron “que no regresarían hasta no encontrarla, y lo están cumpliendo”
Con información de Infobae