Pelear con los compañeros y ser muy competitivo en el trabajo podría
ser dañino para la salud. Contrariamente, tener muchos amigos, llevarse
bien con los demás o realizar un deporte ayuda a combatir la hipertensión, la
diabetes o hasta algún tipo de cáncer. Esto significaría que las relaciones con
los demás podrían condicionar nuestro estado físico.
Un grupo de investigadores americanos dicen que se trata de una cuestión de
inflamación. Las malas relaciones sociales actúan sobre el sistema
inmunológico y lo estimulan para que produzca sustancias inflamatorias.
Muchas de estas sustancias favorecen la aparición de diversas enfermedades.
La existencia de una relación entre la salud y las malas relaciones era algo
conocido, sin embargo, Shelley Taylor y su grupo de colegas psicólogos de la
Universidad de California en Los Angeles quisieron ir más allá, por lo que
analizaron también los efectos de las relaciones positivas y estudiaron la
influencia del estrés tanto en las relaciones positivas como en las
negativas.
Para el estudio se reclutaron 122 personas, entre estudiantes y empleados, y
se les indicó que debían tener un diario durante ocho días. Todas las tardes
debían reportar el número de interacciones sociales positivas y negativas que
habían tenido durante el día.
En los cuatro días siguientes a este período los sujetos implicados fueron
puestos bajo una serie de exámenes para evaluar la capacidad de manejar el
estrés. También se tomaron muestras de saliva que posteriormente fueron
analizadas para medir las cantidades de hormonas proinflamatorias presentes.
Finalmente los resultados mostraron que las personas que habían
experimentado las relaciones negativas tenían niveles más altos de sustancias
inflamatorias, en comparación con aquéllos que habían experimentado situaciones
positivas con los demás.
Las personas que tuvieron relaciones negativas también manifestaron una
reducción en la capacidad para manejar situaciones de estrés. Y a su vez se sabe
que el estrés también favorece la producción de sustancias inflamatorias por
parte del organismo.
A propósito de los resultados, se puede decir que las competencias
referidas a los deportes no provocan la producción de estas sustancias, sin
embargo, desafiar a una persona por amor o competir con un compañero de trabajo
si hacen aumentar los niveles de inflamación y el riesgo de
enfermarse.
Con información de corriere.it