(AFP) - El multimillonario Mitt Romney arrasó el martes en la elección primaria de Florida, logrando una sólida ventaja sobre el conservador Newt Gingrich que le vuelve a situar como claro favorito para ser el nominado del Partido Republicano que enfrente a Barack Obama en noviembre.
Tras el cierre de los centros de votación Romney confirmó las predicciones de las encuestas que le daban una ventaja de al menos 15 puntos sobre Gingrich (47% – 31%), según proyecciones de las cadenas de televisión estadounidenses considerado el 61% de los votos escrutados.
Este es el segundo triunfo para Romney después de ganar a mediados de mes en New Hampshire en unas primarias que empezaron el 3 de enero en Iowa, ganadas entonces por el ex senador conservador Rick Santorum -tercero en los sondeos-.
De su lado, Gingrich venció en la primaria realizada en Carolina de Sur el pasado 21 de enero.
El representante de Texas, Ron Paul, se mantiene en el cuarto puesto.
“¿Qué tan importante es Florida? Hoy es lo más importante en el mundo para mí”,dijo Romney a la prensa en Tampa (centro del estado), mientras defendió sus nuevas estrategias de campaña que incluyeron agresivos anuncios entre él y Gingrich.
“Si tenemos éxito aquí será bastante claro que cuando uno es atacado, tienes que responder y no se puede dejar las acusaciones sin respuesta”, dijo sobre los ataques personales que caracterizaron a los políticos en los últimos días.
En Florida el Partido republicano cuenta con más de 4 millones de afiliados y el vencedor gana 50 delegados de los 1.144 necesarios para conseguir la candidatura presidencial republicana, la cual se decidirá en una convención del partido en agosto en Tampa.
Gingrich parecía reconocer el martes que estaba en una lucha cuesta arriba en Florida, peroadvirtió que la batalla por la nominación sería larga.
Las imágenes en la sede de campaña de Gingrich en Orlando mostraban un cartel que decía: “Aún quedan 46 Estados”, aclarando que pese al tropiezo del martes sigue adelante.
“Voté por Romney porque es el más positivo de los candidatos y creo que su experiencia como empresario es lo que necesitamos hoy en el país”, dijo a la AFP Steve Avila, un recién graduado en Economía de 22 años, en un centro de votación en Brickell, el centro financiero de Miami.
Según encuestas a boca de urna, 62% del electorado de Florida votó pensando en que la economía era el principal problema que debía solucionar un candidato.
En ese sentido Romney dijo que después de Florida “quisiera destinar más tiempo enfocándome en el presidente Obama, que es lo que será esencial para llegar a la Casa Blanca”, aludiendo a los ataques personales que sacó a relucir Gingrich en la campaña de Florida.
Pero Gingrich seguía confiando en que sus credenciales conservadoras -y el apoyo de líderes ultraconservadores del Tea Party como Sarah Palin y Herman Cain- le permitirán vencer a Romney y luego a Obama.
Conquistar latinos y jubilados
Los aspirantes republicanos a la Casa Blanca se esmeraron en conquistar en este Estado a dos importantes grupos de electores, los latinos y los jubilados: 22,5% y 17,3% respectivamente de una población de más de 19 millones de habitantes.
Los latinos representan 13,1% de los votantes en Florida, un millón y medio de personas. Más de la mitad de ellos están afiliados al Partido demócrata, y el resto son republicanos que, en una gran mayoría (al menos 35% según sondeos) apoyaron a Romney.
De cara al electorado cubano-estadounidense, Gingrich y Romney compitieron por demostrar quién tendría más ‘mano dura’ para planificar una Cuba sin los hermanos Castro o alejar de América Latina “la amenaza” del presidente venezolano, Hugo Chávez, como dijeron al unísono en eventos hispanos en Miami.
Pero atraer a los mayores de 65 años resultaba más complicado si tocaban el sensible tema de reformar el seguro de salud y el sistema de pensiones.
“Nunca vamos a meternos con el Medicare ni con el Seguro Social. Me aseguraré de protegerlos”, dijo Romney en el centro de retirados The Villages.
Sus planes de reformar estos sistemas públicos incluyendo las opciones de fondos de pensiones y aseguradoras privadas, quedaron al margen de los debates televisados, de modo que se escuchó muy poco al respecto.
Para captar a los ‘indecisos’ que definen la elección en este estado, Romney sedujo a la comunidad puertorriqueña, segundo bloque hispano en Florida, prometiendo que si ‘los boricuas’ deciden la anexión a Estados Unidos en un referéndum no vinculante este año, él, como eventual Presidente, haría que ese proceso avanzara en Washington.
Los asesores de Romney inundaron de publicidad muy negativa sobre Gingrich en la radio y televisión con un gasto de más de 15 millones de dólares, según la prensa estadounidense, cinco veces más de lo que gastó Gingrich en una campaña igual de agresiva.