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miércoles, 29 de febrero de 2012

El estrés cambia la forma en la que se toman decisiones


El estrés cambia la forma en la que se toman decisionesEl estrés cambia la forma en la que se toman decisiones, alterando la manera en la que las personas sopesan riesgos y beneficios. Así lo apunta un estudio de llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad de California del Sur (EE.UU.), cuyos resultados, publicados en el último número de Current Directions in Psychological Science, revelan que el estrés hace que la gente se centre más en lo positivo.

Según una de las autoras del trabajo, Mara Mather, resulta algo sorprendente que el estrés haga que las personas piensen en positivo, ya que esta sensación «suele asociarse a experiencias negativas, por lo que se podría pensar que, en esa situación, uno se va a centrar en lo negativo». Sin embargo, desvelan que, cuando se está bajo presión -por ejemplo, cuando se les dice que tienen que mantener su mano en agua helada durante varios minutos o dar un discurso- se comienza a prestar más atención a la información positiva y a descartar la negativa.

Pros y contras
«El estrés parece ayudar a la gente a aprender de los mensajes positivos y reducir su aprendizaje de mensajes negativos», dice Mather. Esto significa que, cuando una persona estresada está tomando una determinación difícil, podría prestar más atención a los 'pros' de la alternativa que están considerando a menos a los 'contras'. Así, alguien que está pensando si cambiar de trabajo y se siente estresado por esta decisión podría tener más en cuenta el aumento del salario que otros puntos más negativos que conlleve el cambio.
Que el estrés haga que la gente se centre más en lo positivo podría ayudar a explicar por qué el estrés juega un papel importante en las adicciones y por qué las personas estresadas sufren más esperando a alcanzar sus objetivos urgentes. «La compulsión de conseguir esa recompensa se hace más fuerte y por eso la persona es menos capaz de resistirlo», dice la experta.El estrés, añade el trabajo, aumenta también las diferencias en cómo hombres y mujeres piensan en los riesgos. Cuando un hombre tiene estrés, se vuelve incluso más dispuesto a asumir riesgos. Sin embargo, cuando una mujer tiene estrés se muestra más conservadora sobre los riesgos. Mather vincula esto a otra investigación que señala que, en tiempos difíciles, los hombres son más propensos a responder con la lucha o la huída, mientras que las mujeres tratan de buscar vínculos y mejorar relaciones.

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