EFE).- El ingreso de Venezuela al Mercosur obligará al presidente Hugo Chávez a acercarse y establecer acuerdos con la empresa privada, con la que durante años ha mantenido todo tipo de disputas, y que ahora se vuelve un aliado necesario para que su país pueda ofrecer algo más que petróleo a sus socios.
Con trece años en el poder y posibilidades de permanecer en la silla presidencial hasta el 2019, Chávez ha nacionalizado desde su llegada a la presidencia cientos de empresas y tierras, además de haber impulsado leyes de todo tipo para controlar la actividad comercial privada en su país.
La principal patronal de Venezuela, Fedecámaras, emitió un informe a mediados de mes en el que se indicaba que desde 1999, cuando Chávez asumió el poder, se han “perdido” 170.000 empresas de las 617.000 existentes en ese entonces debido al “estrangulamiento” del aparato económico que permite “hacer empresa libremente”.
Sin embargo y tras el ingreso pleno hoy de Venezuela al bloque conformado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, se abre un nuevo panorama para esas relaciones.
El presidente venezolano ya dio instrucciones días atrás de crear un “fondo estratégico” con el fin de apoyar a empresas privadas y este lunes nombró una comisión presidencial para llevar a cabo reuniones con empresas con “vocación” exportadora.
El economista José Guerra, director de la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela (UCV), indicó a Efe que Chávez “tiene una dicotomía muy grande” porque no cree en la empresa privada “y ahora los estimula para que exporten”.
Para Guerra, el mandatario “va contra su modelo estatista” al decir que va a apoyar a las empresas privadas con vistas al ingreso comercial al Mercosur, ya que solo el sector privado puede llevar a Venezuela a actuar de forma competitiva en el bloque.
“Va a tener que contar con las empresas privadas y entonces se va a tener que olvidar de ese modelo estatista”, señaló.
No obstante, para Guerra el ingreso al Mercosur ofrece ventajas al comercio venezolano.
“El Mercosur es un bloque de libre comercio, eso significa que los países tienen que eliminar las barreras arancelarias, comerciar sin esas barreras (…) que los capitales fluyan entre los países libremente y sin ninguna restricción”, señaló.
Sin embargo, para la economista del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico de Venezuela (Cedice) Alicia Sepúlveda, el aparato productivo venezolano “no está preparado” para enfrentar la competencia de países como Brasil y Argentina.
Sepúlveda dijo a Efe que esta falta de preparación viene dada principalmente por “el cerco” del Estado a las empresas privadas.
“Tu no puedes ser competitivo con otros países donde hay cierta flexibilidad en el tema laboral y tu acá en Venezuela tienes todas estas imposiciones y cotos desde la perspectiva legislativa”, indicó la economista.
Recordó la reciente aprobación de una ley que controla las estructuras de costos y precios de todos los productos y que se aplica ya a 19 artículos de primera necesidad.
También mencionó la Ley del Trabajo promulgada por el presidente en abril pasado que incluye la reducción de la jornada laboral, el encarecimiento del costo de los despidos y el aumento a seis meses y medio del permiso pre y posnatal, entre otras novedades.
“La incorporación de las empresas privadas van en función de que existan las condiciones y el incentivo para que ellas funcionen, y en Venezuela no hay un régimen de libertades para inversión”, dijo la especialista del Cedice.
Por su parte, el economista y profesor de la Universidad Central de Venezuela Rafael Antolínez observa con optimismo el hecho de que las empresas puedan competir con grandes mercados y confía en que en un año el país pueda tener una presencia sustantiva en el bloque “con muchos productos”.
“Puede ser que en este momento, en un primer instante pueda verse como inmensa la tarea de competir con empresarios brasileños, argentinos y uruguayos, pero esa es la única manera que tienen los empresarios de adquirir las habilidades y las destrezas que les permitan tomar posición en un mercado globalizado”, dijo a Efe.
En ese sentido, no cree que las restricciones que ha puesto el Estado a las empresas nacionales puedan ser obstáculo para su desenvolvimiento en el bloque y asegura que estas leyes tendrán el efecto contrario de estimular las inversiones.
“Nuestro segmento comercial tiene características casi depredadoras con tendencias a obtener tasas de utilidades excesivamente elevadas y eso de alguna manera ha comenzado a restringir”, dijo Antolínez.