Las madres que permiten que sus parejas maltraten a sus hijos lo hacen porque dependen económicamente del agresor y por temor a que éste las abandone, sostuvo el médico psiquiatra Rolando Pomalima.
El titular de la Dirección de Niños y Adolescentes del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi explicó que en esta situación juega un rol la propia historia personal de las madres.
"Si la progenitora proviene de un hogar donde ha sufrido violencia física, psicológica o sexual, no sabrá expresar sus sentimientos ni proteger a sus hijos, menos le enseñará a defenderse. Imperará el miedo y la ley del silencio", afirmó.
Según explicó, los que más maltratan a los niños son aquellos que no tienen vínculo biológico con ellos, como ocurrió con Ricardo Martínez Casas, quien golpeó a su hijastro de 4 años hasta matarlo.
"Entonces, el padrastro o conviviente es el que agrede al hijo de su pareja, al considerarlo un obstáculo en su nueva relación o una responsabilidad que no le corresponde".
Además, la mayoría de los agresores tienen antecedentes de abuso sexual o físico y actúan dentro de la llamada herencia intergeneracional, explicó. "De hijos maltratados a padres maltratadores".
Otras características de los agresores son su baja autoestima y timidez, debido a las mofas que sufrieron de niños; el poco control de sus impulsos y la poca tolerancia a la frustración. Ante el desempleo, estrés y aislamiento que pueden afrontar, buscan "desquitarse" con el ser más indefenso.
Dijo además que hay personas que agreden física o sexualmente motivadas por el consumo de alcohol o drogas, o por problemas personales. "Tienen un perfil determinado de inmadurez, dependencia afectiva, inseguridad, inestabilidad emocional, son impacientes e impulsivos", comentó.
RPP