EFE).- El Tribunal Supremo de Apelación de Sudáfrica indicó hoy que el Gobierno de Pretoria actuó de forma ilegal al retrasar la decisión sobre la solicitud de visado del Dalai Lama el año pasado.
La sentencia concluyó que la exministra sudafricana del Interior y actual presidenta de la Comisión de la Unión Africana, Nkosazana Dlamini Zuma, retrasó sin motivo alguno el trámite del visado, informó hoy la agencia de noticias sudafricana Sapa.
El juez Robert Nugent dijo hoy que el abogado de la exministra aceptó que Dlamini Zuma (entonces responsable de la cartera de Interior) estaba obligada por ley a tramitar una solicitud de visado en un margen de tiempo razonable, cuando el Dalai Lama no obtuvo respuesta en más de un mes.
La decisión, adoptada por unanimidad por el jurado, precisó que las pruebas señalan a una dilación deliberada para evitar tomar una decisión.
“No hace falta decir que la ministra no está autorizada a postergar (sus obligaciones) deliberadamente. La postergación, por sí misma, lleva a retrasos injustificados”, rezó la sentencia.
En su momento, el Tribunal Superior de Justicia de la provincia sudafricana de Cabo Occidental consideró el hecho irrelevante, ya que el líder espiritual tibetano suspendió su viaje tras no obtener noticias sobre su visado.
El mes de octubre del año pasado, el Dalai Lama canceló su viaje a Sudáfrica -después de más de un mes de espera para obtener la documentación de entrada al país africano- para celebrar el octogésimo cumpleaños del arzobispo emérito de Ciudad del Cabo, Desmond Tutu.
Tutu llegó a acusar al actual Gobierno de Sudáfrica de ser “peor que el del apartheid”, en referencia al régimen de segregación racial impuesto por la minoría blanca hasta 1994, por impedir la entrada del Dalai Lama al país.
Grupos de defensa de los derechos humanos acusaron al Ejecutivo sudafricano de dejar en suspenso el permiso para no contrariar a China, principal socio comercial del país, mientras que el Gobierno de Pretoria aseguró que el visado siguió los “trámites habituales”.
China acusa al Dalai Lama, exiliado en India desde el año 1959, de defender la independencia del Tíbet, región del Himalaya y antiguo protectorado chino, gobernada por Pekín desde 1950.