La selección brasileña realizó un entrenamiento suave a dos días de la final de la Copa Confederaciones que jugará este domingo contra España en el estadio Maracaná, de Río de Janeiro.
Neymar y el resto de los titulares se ejercitaron en el gimnasio y después trotaron levemente durante quince minutos en el estadio São Januario, propiedad del Vasco da Gama.
La única ausencia fue la del centrocampista Paulinho, que tiene gripe y guardó reposo por indicación del equipo médico de la selección, que no lo descarta para la final.
Los suplentes realizaron un partido en campo corto y también entrenaron los lanzamientos de penalti, precisamente en la portería donde Romario anotó en 2007, en un lanzamiento desde el punto de once metros, el milésimo gol de su carrera deportiva.
La hazaña de Romario está inmortalizada por una estatua suya con las manos en alto, que está ubicada detrás de la portería del estadio del Vasco.
El equipo brasileño realizará mañana sábado el reconocimiento de campo del Maracaná, en su última actividad antes de la final, que será la tercera seguida que juega en la Copa Confederaciones.
EFE