Diego Costa lloró amargamente en el banquillo cuando se dio cuenta que su lesión le puede dejar sin la final de Lisboa. En un contragolpe, empezó a esprintar y en seguida se dio cuenta que no podía seguir al notar un pinchazo en los isquiotibiales.
El hispano brasileño había estado entre algodones durante toda la semana, pero al final Simeone decidió apostar por Costa al estar recuperado.
En el minuto 13 se rompió Diego Costa y tuvo que dejar su puesto a Adrián. Las imágenes llorando en el banquillo del de Lagarto hablan a las claras de que el jugador se temía lo peor: perderse la final del próximo sábado en Lisboa.