Un derroche de nacionalismo fue el que mostró el seleccionado brasileño cuando entonó las notas de su Himno Nacional este martes ante la selección de México donde todo el estadio cantó a voz en cuello y que se prolongó varios segundos después de que dejara de sonar la música que guiaba el Himno.
Al final del cántico a capella, Neymar visiblemente emocionado se arrodilló, empezó a llorar y miró al cielo mientras la gente aplaudía. La imagen ya da la vuelta al mundo y es muestra más de las pasiones que despierta el Mundial Brasil 2014.