(Jerusalén, 12 de noviembre EFE).- El movimiento islamista Hamás es uno de los grupos terroristas más ricos del mundo, sólo por detrás del Estado Islámico (EI), según un listado publicado hoy por la revista Forbes Israel.
El medio apunta que la organización terrorista más acaudalada en la actualidad, y de la historia en general, es el EI, que dispone de un volumen de dos mil millones de dólares al año.
Hamás se coloca en segundo lugar con unos ingresos de mil millones de dólares anuales, según el medio.
EEUU, la Unión Europea (UE) e Israel, consideran a Hamás una organización terrorista.
Engrosan el resto de la lista las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), con 600 millones; el grupo chií libanés Hizbulá, con 500 millones; los Talibán con 400 millones y Al Qaeda y sus afiliados con 150 millones.
Les suceden en el ránking Lashkar e-Taiba con base en Pakistán, con 100 millones; la somalí Al Shabab, con la misma cantidad; el IRA auténtico con 50 millones de dólares y cierra el grupo de los diez primeros Boko Haram, con 25 millones anuales.
Según la publicación, estos grupos financian sus operaciones con métodos similares a aquellos empleados por organizaciones criminales, tales como el tráfico de drogas, robos y extorsión, pero también logran dinero a través de la caridad, donaciones y en algunos casos,agencias gubernamentales.
Una organización terrorista, precisa, como cualquier otra, tiene un modelo de negocio y financiación de sus actividades: desde su mantenimiento, salarios y entrenamiento, a la adquisición de armas, munición o vehículos.
El Tesoro estadounidense calcula que el EI gana 1 millón de dólares al día por la venta de crudo procedente de los campos petrolíferos en su poder capturados en Siria e Irak.
Según Forbes Israel, no obstante, la cifra llegaría a los 3 millones de dólares al día y el dinero que obtiene este grupo le permite expandir sus operaciones en Oriente Medio, reclutar combatiente extranjeros a los que entrena, entre otros objetivos.
Asimismo, el informe describe la toma de Hamás de la Franja de Gaza en 2007 como el punto en el que entró en la “gran liga”.
Y explica que en la actualidad el movimiento islamista no sólo depende de las donaciones, sino que ha sido capaz de recaudar impuestos tanto de civiles como de empresarios.
Concluye que Hamás también se hace con parte de las ayudas internacionales destinadas a Gaza por el mundo árabe y otros actores de la comunidad de naciones.