El Consejo de Ministros del Gobierno japonés aprobó este sábado un plan de estímulo de 3,5 billones de yenes (unos 23.800 millones de euros) con la intención de impulsar el crecimiento de una economía nipona lastrada por la subida de los impuestos indirectos y la caída del yen.
Una de las iniciativas más importantes incluidas en el plan es el subsidio para rebajar el coste de los combustibles a las familias con menos recursos y destaca también los fondos que pone a disposición de las administraciones locales para invertirlos como mejor consideren, informa la agencia de noticias japonesa Kiodo. Todo ello debería fomentar el consumo y consolidar a las pequeñas empresas.
Otra partida fundamental del plan se invertirá en prevención de desastres naturales y en reconstrucción de las zonas afectadas por el tsunami de marzo de 2011 y que también servirá para rebajar los tipos de las hipotecas en la región de Tokio a través de un banco hipotecario público.
El plan de estímulo es el colofón a la rotunda victoria electoral en los comicios anticipados del pasado 14 de diciembre, planteados por el Gobierno del primer ministro Shinzo Abe como un plebiscito sobre su ambiciosa política económica.
Con este plan, el Gobierno ha anunciado que la economía japonesa crecerá 7 décimas más, baza clave igualmente para los comicios locales previstos para el próximo mes de abril.
Sin embargo, entre los expertos ya hay voces escépticas. "Es mejor que no hacer nada, pero no creo que este estímulo tenga un gran impacto sobre la economía", ha afirmado el economista Masaki Kuwahara, de Nomura Securities. En concreto, ha rebajado el crecimiento del PIB debido al plan a apenas dos décimas.
"Este paquete tiene como principal objetivo a los pequeños propietarios y las regiones que hasta ahora habían quedado atrás con las 'Abenomics' --como se conoce popularmente a la política económica del Gobierno de Abe--, así que será positivo para la coalición de Abe en las próximas elecciones locales", ha añadido Kuwahara.
Por otra parte, el Gobierno ha aprobado un plan quinquenal para combatir la baja tasa de natalidad que incluye la creación de 300.000 nuevos puestos de trabajo en provincias para jóvenes de entre 16 y 34 años de aquí a 2020 para evitar el continuo goteo de inmigración hacia Tokio.
El objetivo es reducir hasta los 410.000 al año el número de nuevos inmigrantes que se trasladan a la capital, unos 60.000 menos que las últimas cifras disponibles. EP