Al menos 34 personas murieron hoy en un ataque de rebeldes islamistas contra un cuartel de los servicios de inteligencia sirios en Alepo, la mayor ciudad del norte de Siria, dijo a Efe el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderahman.
En declaraciones telefónicas, el activista señaló que veinte de los fallecidos son efectivos gubernamentales y catorce, insurgentes, aunque no descartó que su número aumente porque hay informaciones no confirmadas de que la cifra de bajas en las filas leales al presidente sirio, Bachar Al Asad, podría ser de 35.
El ataque se inició con una fuerte explosión que sacudió la base de la Inteligencia Aérea, situada en el barrio de Yamiat al Zahra, en el oeste de Alepo, lo que causó el derrumbe parcial del edificio.
Acto seguido, se desencadenaron combates entre los rebeldes del Ejército de los Emigrantes y otra facciones afines, y las fuerzas del régimen.
En declaraciones a Efe por internet, el activista Mohamed Hadi explicó que los insurgentes colocaron explosivos en túneles excavados bajo la sede de los servicios secretos.
Tras la explosión, los opositores asaltaron la base, donde, según Hadi, consiguieron irrumpir.
Sin embargo, una fuente militar, citada por la televisión oficial siria, afirmó que unidades leales al régimen sirio frustraron el "intento de un grupo terrorista de infiltrarse en el edificio de la Inteligencia Militar en Alepo, y mataron y causaron heridas a varios" atacantes.
Por otro lado, también en Alepo, al menos seis civiles perecieron y otros treinta resultaron heridos por el disparo de proyectiles por parte de los rebeldes contra áreas bajo el control de las autoridades en los barrios de Jalediya y Salahedin, agregó el Observatorio.
Los rebeldes lanzaron una ofensiva a finales de julio de 2012 en Alepo, donde consiguieron hacerse con amplias zonas de la urbe, aunque no lograron controlarla completamente.
Más de 200.000 personas han perdido la vida desde el inicio del conflicto en Siria en marzo de 2011, según la ONU.
EFE