La crisis ha dado una dentellada al Estado de bienestar. España está entre los países europeos que más ha recortado su gasto público en sanidad y educación. También es el país que más ha reducido su gasto en vivienda y el segundo que más ha rebajado en cultura, según una reciente estadística de Eurostat. Pero España es, además, el tercer estado de los Veintiocho que más ha elevado su gasto en protección social, por las prestaciones por desempleo y las pensiones, y en asuntos económicos, por los intereses de la deuda. El gasto público español equivale al 44,3% del PIB, cinco puntos menos que la media de la UE.
Hay quien compara la crisis con un dragón que ha lanzado una fenomenal llamarada sobre la economía. Las consecuencias del incendio aún colean sobre una España humeante que vislumbra la recuperación. El balance de daños describe a un país cuyas administraciones públicas han trastocado sus preferencias de gasto para afrontar el suceso. Los servicios públicos de sanidad y educación han salido perjudicados.
También se han resentido las políticas de cultura, ocio, vivienda y medio ambiente. España ha recortado en estos capítulos mucho más que la mayoría de sus socios europeos. Las secuelas de la doble recesión desde 2008, también, muestran un aumento de los gastos en servicios públicos generales —por intereses de la deuda— y de protección social —por las pensiones y las prestaciones por desempleo— muy por encima de la media de los socios comunitarios.
La oficina estadística de Bruselas (Eurostat) recopila periódicamente datos sobre el gasto público de los países europeos y los cataloga en diez epígrafes —según la clasificación de las funciones de Gobierno que establece Naciones Unidas (Cofog, en sus siglas en inglés)—. Este instituto acaba de publicar las cifras de gasto correspondientes a 2013, que sitúan a España como uno de los países de los Veintiocho que más ha recortado en servicios sociales en relación con el PIB desde 2009.
“Los capítulos donde más se ha reducido el gasto es en sanidad (un descenso de 0,8 puntos del PIB, equivalente a unos 8.000 millones) y educación (0,6 puntos del PIB, alrededor de 6.000 millones), que dependen de las comunidades”, explica Ignacio Conde-Ruiz, investigador de Fedea, quien recuerda que estas administraciones regionales apenas tienen competencias tributarias para subir sus ingresos.
“El ajuste del gasto público ha pivotado sobre el gasto social, algo que es lógico porque el Estado de bienestar representa la parte más importante”, precisa Eduardo Bandrés, investigador de Funcas, la fundación de las cajas de ahorro. Bandrés explica que el ajuste en sanidad y educación ha llegado, sobre todo, por el gasto de personal. “Estos servicios son intensivos en trabajadores. Se ha reducido el número de funcionarios, personal sanitario y educativo y rebajado los sueldos”, añade. Los países con más desequilibrios presupuestarios durante la crisis, Portugal, Irlanda e Italia, han sufrido recortes similares a los de España.
Gasto público en la UE
Con todo, el gasto público de España representaba en 2013 el 44,3% del PIB, un descenso del 3% desde 2009, en la línea con la reducción media de los veintiocho países de la Unión Europea (UE). Pero sigue estando cinco puntos por debajo de la media de la eurozona. “Los planes del Gobierno son que el gasto público sobre PIB se sitúe en el entorno del 38% en un plazo breve, lo que supone congelarlo al menos hasta 2018”, apunta Santiago Lago, catedrático de la Universidad de Vigo..
Los países con más gasto público en proporción del PIB, como Finlandia, Bélgica, Dinamarca, Francia o Suecia son a su vez, los que más han aumentado su gasto entre 2009 y 2013. “Habida cuenta de los recortes en España y las carencias significativas en educación, I+D, o política de familia es sorprendente que el Ministerio de Hacienda vea margen para nuevas rebajas impositivas y no para avanzar en todos estos frentes”, añade Lago.
Si se compara la evolución de los capítulos de gasto público con los socios comunitarios se observa que España ha reducido entre 2009 y 2013 en defensa (un 0,1% del PIB menos) y en seguridad y orden público (otra rebaja del 0,1% del PIB) algo menos que la media de los países del euro. Aunque el gasto público español en estos capítulos ya está por debajo de la media europea.
También destaca el fuerte retroceso del gasto en políticas de vivienda, que cae un 0,8% del PIB, el equivalente a unos 8.000 millones. España es el país de los Veintiocho que más recorta en estos capítulos. Otro de los epígrafes que más ha disminuido es cultura y ocio: ha bajado en 0,5% del PIB, un recorte de 5.000 millones.
El componente cíclico de la crisis provoca que se desplomen los ingresos públicos (cae la recaudación de impuestos) y suben gastos como las prestaciones por desempleo y los gastos financieros por el aumento de la deuda pública, que se nutre de los déficits.ELPAIS