"Puede pasar de todo", insistía desde hacía dias la Comisión Europea. A tan solo un día para que el Parlamento Europeo —reunido esta semana en Pleno en Estrasburgo (Francia)— emitiera su posición política sobre las negociaciones del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés) entre la Unión Europea y Estados Unidos, la Eurocámara ha decidido aplazar la votación ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo, principalmente dentro del grupo socialdemócrata.
El tribunal de arbitraje de diferencias inversor-Estado (ISDS, por sus siglas en inglés) está siendo la mayor piedra en el zapato en las negociaciones, que cumplen ya algo más de año y medio. Los populares han dejado claro que la propuesta que hizo a principios de mayo la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, sobre una modernización de estos tribunales "va por el buen camino" pues renueva y al mismo tiempo mantiene un sistema de protección para los inversores, según Manfred Weber, presidente del Partido Popular Europeo."En vista de que se han recibido más de 200 enmiendas a las recomendaciones sobre el TTIP (...) se ha decidido que la votación que se iba a celebrar el miércoles a mediodía ya no se va a realizar", explicó el Parlamento mediante un comunicado. Por un lado, populares, liberales y reformistas apoyan a pies juntillas el libre comercio mientras que los grupos más a la izquierda como los verdes o la izquierda europea rechazan el tratado. De esta forma, la llave la tienen los socialdemócratas que, aunque sí apoyan la negociación de este tratado, según explicaba esta mañana Gianni Pitella, presidente del grupo socialdemócrata en el Parlamento, no aceptarán cualquier acuerdo. Ante la falta de consenso en este grupo, el Parlamento Europeo ha decidido posponer la votación.
El tema del ISDS ha abierto una gran brecha en la Eurocámara. "No hemos sido capaces de llegar a un consenso", subrayó la eurodiputada socialista Inmaculada Rodríguez-Piñero tras el anuncio de la suspensión de la votación. A partir de ahora, las recomendaciones del Parlamento volverán a la Comisión de Comercio Internacional de la Eurocámara para que sus integrantes redacten un nuevo documento que, esta vez sí, deberá someterse a votación en un Pleno futuro, del que aún no hay fecha.
El hecho de que el Parlamento no pueda ahora emitir sus recomendaciones a la Comisión sobre las negociaciones comerciales con EE UU demuestra una "gran debilidad" en la posición europea, según Ernest Urtásun, de los Verdes y contrario a la negociación de este tratado comercial. Como otros parlamentarios de la izquierda, Urtásun piensa que la decisión de paralizar la votación ha sido "un éxito de la movilización social".
La resolución que se iba a votar mañana apoyaba un tribunal renovado y modernizado y parte de los socialistas —aunque abogaban por una eliminación total del ISDS— finalmente suavizaron su posición acordándola con los Populares y defendían la renovación del tribunal,tal y como propuso la comisaria Malmström a principios de mayo.
La de mañana, aunque no era una resolución vinculante para el Gobierno de la UE, sí tenía un peso importante pues se trataba de la primera posición política de la Eurocámara que legitimase, o no, el contenido de las negociaciones entre Bruselas y Washington. Fuentes cercanas a la comisaria de Comercio, lejos de dar la bienvenida al primer mensaje positivo de los eurodiputados de la Comisión de Comercio Internacional de la Eurocámara, aseguraban la semana pasada que "todo puede pasar". Y así ha sido. La Comisión, eso sí, ahora tendrá tiempo para negociar con más libertad sin ninguna recomendación votada en la Eurocámara, o al menos durante la décima ronda de negociación que se celebrará el próximo julio en Bruselas. "El tema de las contrataciones públicas será una lucha difícil", avanzó Malmström a un grupo reducido de periodistas en Estrasburgo.
El tratado, que estaba previsto estuviera listo para finales de 2015, no verá la luz hasta 2017, según ha admitido varias veces la comisaria Malmström. Pero antes, los 28 parlamentos nacionales de la UE y el Parlamento Europeo deben dar el sí definitivo.EL PAIS