Tessa Evans es una niña irlandesa que nació sin nariz. Esta rara malformación genética es conocida como arrinia y solo hay 47 casos reportados en el mundo. Los padres de la menor supieron de su condición en pleno embarazo y comenzaron un camino de lucha para lograr que su hija tuviera una vida plena. Gracias a las impresoras 3D parece que será posible.
La arrinia es la ausencia parcial o total de la nariz y está clasificada como una anomalía craneofacial que provoca que las personas que lo padecen carezcan del sentido del olfato. La pequeña de dos años de edad tuvo que someterse a una traqueotomía que le ayudó a respirar con más facilidad cuando sólo era un bebé.
Durante dos años, Nathan y Garinne Evans –padres de la menor- han venido afrontando la malformación de su hija y buscando la mejor terapia. Una de ellas fue la de intentar una técnica de reconstrucción, pero fueron rechazadas de plano, ya que dejan imborrables cicatrices faciales.
Sin embargo, el doctor Jonathan Britto, del Great Ormond Street Hospital de Londres, propuso a los progenitores de la niña una solución innovadora, posible gracias a las nuevas tecnologías.
Según informa Mirror, los médicos han usado una impresora en 3D para diseñar una prótesis que se ajuste al cráneo de la niña y que será reemplazada en varias ocasiones durante las diferentes fases de su crecimiento. De manera que en la adolescencia se construya la definitiva.
"La nariz no tendrá su función natural como vía respiratoria, pero al menos dará un buen resultado estético", ha explicado el doctor Jonathan Britto. "Con el nuevo método, y tras un nuevo implante en cada edad de crecimiento, habremos logrado la expansión del tejido. Los orificios nasales no serán reales sino tatuados, pero la apariencia será la de una nariz normal", añadió.
Así, la pequeña Tessa Evans se convertirá en la primera persona en recibir una prótesis de nariz creada a través de las nuevas tecnologías
AGENCIA
