El Secretario General de la ONU afirmó este miércoles que el papel de los líderes religiosos de todos los credos es clave para la paz y la prosperidad mundiales.
Ban Ki-moon participó en el Congreso de Líderes Religiosos que tiene lugar en Astana, Kazajstán, y que pugna por la promoción del diálogo en tiempos de turbulencia.
En su discurso en ese foro, Ban recordó que los riesgos del mundo actual –como el terrorismo, el crimen organizado, el narcotráfico y las crisis de salud– trascienden las fronteras y requieren de la participación de las sociedades en su conjunto para superarlos.
Para ello, continuó, es vital el diálogo entre los líderes políticos y religiosos, ya que mejora el entendimiento entre las culturas y da pie a la cooperación y el respeto mutuo.
Agregó que esos líderes tienen la responsabilidad de fomentar la reconciliación, el entendimiento y el respeto entre sus seguidores, además de que están obligados a denunciar los crímenes que se cometan en nombre de su religión.
Ban sostuvo que ninguna religión causa violencia ni extremismo y añadió que los crímenes cometidos con banderas religiosas son, en realidad, un ataque a la religión que claman reivindicar.