Los taxistas franceses escenificaron hoy su guerra contra el servicio de transporte UberPOP con una nueva huelga que bloqueó estaciones de tren, el acceso a aeropuertos y la circulación en algunas de las principales ciudades del país.Cerca de 3.000 taxistas denunciaron con esta protesta la "competencia salvaje" de esa aplicación para móviles, que pone en contacto a conductores particulares sin licencia y a usuarios de transporte.
Uber señala que su filial de bajo coste, UberPOP, cuenta en Francia con cerca de 400.000 usuarios debido al número limitado de taxistas, pero esos conductores no pagan cotizaciones sociales ni impuestos, no han seguido la formación necesaria ni tienen un seguro profesional, según denuncian los taxistas.
El Consejo Constitucional decretó en mayo que los conductores adscritos a la plataforma Uberpodrán calcular sus tarifas con el mismo criterio que los taxistas, pero no captar a sus clientes a través de la geolocalización, aunque todavía no se ha pronunciado sobre la filial.
"No se puede dejar que los conductores de taxis sean víctimas de la ley de la jungla", declaró el presidente de la Asamblea Nacional, el socialista Claude Bartolone.
Las fuerzas del orden se movilizaron para que la situación no degenerara en violencia, pero no pudieron evitar que en algunos puntos, como en la parisina Puerta de Maillot, se quemaran neumáticos, y que en otros, como en el aeropuerto de Orly, los huelguistas persiguieran a los conductores clandestinos.
El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, llamó a la calma y anunció que ha solicitado al prefecto de Policía de París que emita un decreto para prohibir la actividad de UberPOP en la capital del país galo.
El representante galo recordó que la libertad de emprender requiere respetar el principio de la competencia leal, pero subrayó que en un Estado de Derecho la prohibición solo puede emanar de una decisión judicial.
"Esperamos que un juez penal se pronuncie rápidamente para evitar un drama", ha señalado a la prensa el secretario general del sindicato CGT-Taxis, Karim Asnoun, en referencia al actual clima de tensión en el sector.
El Consejo Constitucional decretó en mayo que los conductores adscritos a la plataforma Uberpodrán calcular sus tarifas con el mismo criterio que los taxistas, pero no captar a sus clientes a través de la geolocalización, aunque todavía no se ha pronunciado sobre la filial.
"No se puede dejar que los conductores de taxis sean víctimas de la ley de la jungla", declaró el presidente de la Asamblea Nacional, el socialista Claude Bartolone.
Las fuerzas del orden se movilizaron para que la situación no degenerara en violencia, pero no pudieron evitar que en algunos puntos, como en la parisina Puerta de Maillot, se quemaran neumáticos, y que en otros, como en el aeropuerto de Orly, los huelguistas persiguieran a los conductores clandestinos.
El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, llamó a la calma y anunció que ha solicitado al prefecto de Policía de París que emita un decreto para prohibir la actividad de UberPOP en la capital del país galo.
El representante galo recordó que la libertad de emprender requiere respetar el principio de la competencia leal, pero subrayó que en un Estado de Derecho la prohibición solo puede emanar de una decisión judicial.
"Esperamos que un juez penal se pronuncie rápidamente para evitar un drama", ha señalado a la prensa el secretario general del sindicato CGT-Taxis, Karim Asnoun, en referencia al actual clima de tensión en el sector.
EFE
