(Mali, 08 de agosto).- Al menos 12 personas, entre ellos cinco trabajadores de la misión de la ONU en Malí, murieron en una toma de rehenes en un hotel en el centro del país, la que finalizó este sábado cuando un operativo militar liberó a cuatro rehenes retenidos por supuestos militantes islámicos durante un asedio de casi 24 horas
Entre los muertos se encuentran “cinco terroristas, cinco soldados y dos blancos”, según declaró un responsable militar tras el operativo llevado a cabo por fuerzas de seguridad de Mali Las fuerzas armadas de Malí, desde las 11:00 pm del viernes, apoyadas por agentes extranjeros, cuando los asaltantes permanecían en el hotel desde las 7:00 pm.
Por su parte, la misión de la ONU en Malí (Minusma) afirmó que dos ucranianos, un nepalí y un sudafricano habían muerto en el asalto, así como un conductor maliense que trabajaba para la misión, y que En el comunicado, la Minusma señaló que cuatro personas – dos sudafricanos, un ruso y un ucraniano- habían sido rescatados “sanos y salvos”.
Los hombres armados habían tomado el Hotel Byblos, en Sevaré (centro), a más de 600 km de la capital Bamako, a primera hora del viernes y habían retenido a soldados que rápidamente rodearon el edificio.
La toma de rehenes “parece haber terminado y terminó bien”, dijo un portavoz del Ministerio de Defensa de Mali, coronel Diaran Koné. “Liberamos a los cuatro rehenes. Pero desafortunadamente también encontramos tres cuerpos en el lugar”, agregó.
Tres rehenes murieron durante la toma de rehenes, dijo el portavoz del gobierno de Mali Choguel Kokala Maiga. Un portavoz del Ejército dijo que eran ciudadanos de Sudáfrica, Rusia y Ucrania.
Cinco soldados y cuatro hombres armados, incluyendo uno que funcionarios dijeron previamente que estaba cargado con explosivos, también perdieron la vida, agregó.
Siete sospechosos fueron arrestados en conexión con el ataque, según un comunicado del gobierno difundido a última hora del viernes.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó en un comunicado el ataque y reiteró el apoyo de Naciones Unidas al proceso de paz del país africano.
Un sitio militar como objetivo
El ataque, al sur de los tradicionales bastiones de militantes islámicos en el desierto, fue el último en lo que parece ser una creciente campaña contra soldados de Mali y personal de la ONU por parte de remanentes de una insurgencia vinculada con al Qaeda.
A más de 600 km de la capital, Sevaré está situado a unos 10 km de la capital regional Mopti, en el norte de Malí, y es un punto de parada clave en el camino hacia el desierto del norte de Malí, que cayó en manos de los extremistas islamistas en 2012.
La localidad es estratégica además, ya que alberga el aeropuerto más importante de la región, utilizado por las fuerzas armadas locales, los soldados franceses desplegados y también por la Minusma.
El blanco inicial del ataque era unas instalaciones militares malienses, según la misión de la ONU. “Los atacantes, que fueron repelidos por las fuerzas armadas de Malí, se refugiaron en un hotel”, dijo la Minusma.
Malí ha sufrido un rebrote de violencia en la última semana, dos años y medio después de la intervención militar internacional promovida por Francia para frenar el avance de grupos yihadistas, una iniciativa que no ha concluido.
Los grupos yihadistas, como Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) y Ansar Din, aprovecharon entre marzo y abril de 2012 la derrota del ejército ante los rebeldes tuareg, grupos de tribus nómadas bereberes, para adueñarse del norte del país africano.
Los rebeldes tuareg fueron expulsados por los yihadistas, y tras largas negociaciones lograron firmar la paz con el gobierno el 20 de junio.
Actualmente, Francia tiene a más de 1.000 soldados en el norte de Mali, como parte de una campaña para luchar contra varios grupos armados que operan en la región.
Con información de AFP y Reuters.