El ministro de Defensa paquistaní, Khawaja Asif, aseguró hoy en el Parlamento que el fallecido líder de los talibanes, el mulá Omar, ni murió ni está enterrado en Pakistán y aseguró que su país no controla a los insurgentes.
“Puedo confirmar que el mulá Omar ni murió ni está enterrado en Pakistán. Si murió ahora no hace dos años es una controversia de la que no podemos ser parte”, dijo el ministro.
El mulá Omar “nunca estuvo en Karachi ni en Quetta”, indicó Asif contradiciendo la versión del Gobierno afgano que anunció la semana pasada la muerte del líder talibán en un hospital de la ciudad paquistaní de Karachi en abril de 2013.
Además, el responsable de la cartera de Defensa aseguró que su país “no controla” a los talibanes afganos y que solo ejerce un papel de “mediador” en las negociaciones entre los insurgentes y el Gobierno de Afganistán, cuyo primer encuentro se celebró en suelo paquistaní el 7 de julio.
El Gobierno afgano anunció el pasado día 29 de julio que en base a informes remitidos por el Gobierno paquistaní el mulá Omar, que no había sido visto en público desde 2001, había muerto en un hospital de Karachi.
La información, inicialmente filtrada a la prensa, y después confirmada tanto por la agencia de inteligencia afgana como por el presidente, Ashraf Gani, surgió un par de días antes de que fuera a tener lugar la segunda ronda de negociaciones de paz entre Gobierno y talibanes.
Esa reunión, que iba a tener lugar en Pakistán, se canceló tras el anuncio de la muerte de Omar a petición de los talibanes y no se ha anunciado una nueva fecha.
El mulá Omar encabezó el grupo talibán en 1994 en plena posguerra del conflicto afgano-soviético y gobernó Afganistán con mano de hierro entre 1996 y 2001, año en que la invasión estadounidense acabó con ese régimen por dar cobijo a Osama Bin Laden, líder de la red Al Qaeda, que atentó contra las Torres Gemelas.
Desde entonces, había estado en paradero desconocido.
Tras reconocer la muerte de su líder, los talibanes anunciaron la designación del mulá Ajtar Mansur como su nuevo jefe, una decisión rechazada por parte del grupo insurgente y que ha abierto una pelea interna por el futuro de esa organización.
Fuente: EFE