El pesimismo empieza a calar en el ánimo de los inversores españoles acerca del potencial que conserva la Bolsa. Así se refleja en la Encuesta de Confianza del Ahorrador que elabora JP Morgan AM y publica en exclusiva EL PAÍS. En la última oleada, correspondiente al cuarto trimestre del año, el indicador cae por segunda vez consecutiva y se coloca en 0,14 puntos. Aún está en nivel positivo, pero es el dato más bajo desde el cuarto trimestre de 2014. La encuesta, compuesta por 1.421 entrevistas, se hizo antes de resultado de las elecciones y tampoco recoge la fuerte caída de los mercados en los primeros días del nuevo año.
El indicador se configura en función de las respuestas que dan los ahorradores acerca de cómo creen que evolucionarán las Bolsas en los próximos seis meses. En este caso, el 25,5% considera probable o muy probable que la renta variable caiga (en el trimestre anterior los pesimistas solo suponían el 24,2% del total). Los inversores más optimistas, es decir, los que ven probable o muy probable que las acciones suban, representan el 27,2% frente al 30,2% del tercer trimestre de 2015. El colectivo de inversores que opinan que los índices se mantendrán igual que ahora suponen el 47,3%.
Cuando se les pregunta a los inversores cuál es el mercado que reúne mayor potencial de revalorización a seis meses vista, la Bolsa más nombrada es la española con un 33,4% de las respuestas (frente al 23,1% del tercer trimestre de 2015). En segundo lugar se sitúa la renta variable europea, que era la primera opción en septiembre pasado, con un 26,9% de las menciones. Por su parte, la tercera opción son las Bolsas asiáticas (14,5%), que se sitúan por delante de las acciones estadounidenses (12,6%).
Los ahorradores españoles siguen siendo muy prudentes en cuento a su estrategia de inversión. El 44,3% de los encuestados reconoce que lo que más valora a la hora de invertir es “no perder dinero”, casi tres puntos más que un trimestre antes. El 36,3% señala que está dispuesto a sacrificar parte de la rentabilidad esperada a cambio de lograr “cierta seguridad”. Por último, los más arriesgados, es decir, aquellos cuyo objetivo es lograr el máximo rendimiento de su dinero, representan el 19,2% del total. Es cierto que estos últimos son aún minoría, pero su peso en el conjunto de los ahorradores aumenta de forma continuada desde hace cuatro trimestres.
Vuelve el ladrillo
La prudencia o la falta de ambición de los inversores con su dinero les lleva a tener productos muy conservadores en sus carteras. Es llamativo el caso de los depósitos. El producto de ahorro tradicional en España sigue copando las preferencias de los ciudadanos a pesar de que la rentabilidad media que ofrece es insignificante debido a que los tipos de interés están en mínimos históricos por las políticas de los bancos centrales. El 61,4% de los españoles afirma que tiene intención de adquirir un depósito o abrir una libreta en los próximos seis meses. Es cierto que supone una caída con respecto al trimestre anterior (65,9%), pero financieramente no tiene sentido tener de forma tan abrumadora productos de pasivo en las carteras. La compra de acciones solo es una opción para el 2,3% de los encuestados, frente al 3% anterior, suben ligeramente los fondos de inversión (3,8%) y la renta fija 2,7%) y los activos inmobiliarios (2,7%). Lo más preocupante —y fiel reflejo del miedo que ha infligido la volatilidad entre los inversores— es que la respuesta que más crece con respecto al estudio anterior es la que afirma que no se invertirá en nada, que pasada del 19,1% al 25,6%.
España, desde un punto de vista técnico, dejó atrás la recesión hace bastantes meses. Sin embargo, los inversores no acaban de creerse la recuperación. El factor que más tienen en cuanta a la hora de gestionar su dinero es “la crisis económica”, con el 29,5% de las respuestas, seguida por la evolución de los tipos del interés y el Euríbor (21%) y la oferta de productos de las entidades financieras (16,9%).
La gente identifica salir de la crisis con creación de empleo. Y mientras no se reduzca la tasa de paro, el sentimiento del ahorrador sigue siendo muy negativo. Para el 52,9% de los encuestados la crisis se extenderá por un plazo no inferior a los cuatro años. EL PAIS