Filippo Grandi, un funcionario de la ONU con experiencia en asuntos políticos y de refugiados en Oriente Medio, África y Asia, asumió el 1 de enero su nuevo cargo como Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), sustituyendo a António Guterres, cuyos 10 años al frente de la agencia concluyeron la semana pasada.
El nuevo Alto Comisionado toma las riendas de ACNUR en un momento muy complicado, con desafíos sin precedentes. El número de desplazados en todo el mundo obligados a huir de guerras y persecución se acerca a los 60 millones de personas, niveles que no se habían visto desde la Segunda Guerra Mundial.
Otros retos incluyen la alarmante escasez de fondos, la prolongación de los exilios en el extranjero y la mayor politización de los temas relativos a los refugiados en muchos países.
Sin embargo, Grandi, aseguró en un comunicado de prensa que espera que con la colaboración de los gobiernos, la sociedad civil y otros aliados, logrará mejorar las condiciones de vida de millones de refugiados, desplazados y apátridas.
El italiano Grandi, de 58 años, tiene una carrera de más de 30 años en el campo de las relaciones internacionales, 27 de ellos con Naciones Unidas. Al frente de ACNUR, Grandi dirigirá un equipo de unas 9.700 personas en 126 países, muchas de ellas operando en emergencias humanitarias y muy cerca de regiones en conflicto.