Más de un año después del fin de las hostilidades de 2014 en la Franja de Gaza quedan todavía unos 7.000 explosivos remanentes de guerra, según los cálculos de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
De todos los artefactos que quedaron sin estallar, sólo se ha identificado y retirado el 30%, lo que supone una amenaza grave para la población de ese territorio ocupado, especialmente para los niños y los trabajadores agrícolas.
La labor de desminado en Gaza está a cargo de la UNRWA y el Servicio de la ONU de Actividades Relativas a las Minas (UNMAS), que recibieron hoy del gobierno de Italia una contribución de 250.000 euros para apoyar su trabajo.
Los fondos se utilizarán para campañas educativas sobre el riesgo que implican los explosivos remanentes de guerra y sobre cómo identificar y protegerse de esos artefactos.
Las campañas distribuirán materiales informativos impresos y producirán cortometrajes que podrán verse en el canal de televisión de la UNRWA y en YouTube.
Además, los recursos permitirán la capacitación en la materia del personal de la UNRWA que trabaja en el terreno, como ingenieros, maestros y trabajadores sociales.