Londres y Fráncfort, con subidas del 0,6% en el arranque de la sesión del viernes, fueron las que recibieron mejor el cambio de tendencia en China. La revalorización de Ibex 35, como del selectivo de Milán, rondaban el 0,4% en los primeros compases de la sesión, lo que permitía a la Bolsa española sostenerse por encima de los 9.000 puntos. París, con un alza del 0,3%, fue la que empezó más lenta.
Son avances muy moderados, apenas una tirita al peor arranque anual en las plazas europeas desde 2000. Una cautela justificada por los vaivenes de las Bolsas chinas, que solo han dejado de corregir la reciente burbuja bursátil (entre junio de 2014 y junio de 2015 se revalorizaron un 150%) cuando Pekín ha intervenido. EL PAIS