El Secretario General de Naciones Unidas condenó en los términos más enérgicos el ataque del domingo contra un hospital de Médicos Sin Fronteras en la provincia de Sa'ada, en Yemen, que mató al menos a cuatro personas e hirió a muchas otras, entre ellas varios miembros de la ONG.
El hospital de campaña se encontraba en el norte del país, cerca de la frontera con Arabia Saudita, en una zona controlada por los rebeldes chiitas houthis, enfrentados contra las fuerzas gubernamentales apoyadas por la coalición militar árabe liderada por Riad.
En un comunicado emitido por su portavoz, el Titular de la ONU también resaltó su preocupación por el limitado acceso a servicios básicos de atención médica que tienen los yemeníes y recordó que los hospitales y el personal médico están explícitamente protegidos por el derecho humanitario internacional.
Ban instó a las autoridades a investigar los incidentes inmediatamente y de manera efectiva, independiente y mediante mecanismos imparciales, para garantizar la rendición de cuentas.
El Secretario General también repitió su llamamiento a todas las partes involucradas en el conflicto yemení a cesar las hostilidades y resolver sus diferencias mediante negociaciones pacíficas facilitadas por su enviado especial.
