Llegó más tarde de lo previsto y tuvo que dar explicaciones al iniciar su discurso, pero aun así el fuerte temporal de nieve y viento que azotó ayer el sur de New Hampshire (EE.UU.) no impidió que el magnate Donald Trump se diera un último baño de masas antes de la crucial jornada electoral de hoy.
"Esto es increíble, hay un temporal ahí fuera y aquí hay muchas, muchas personas. Mañana (hoy) hay que salir ahí fuera y votar, no importa nada más", espetó a la audiencia el magnate y precandidato republicano a la Presidencia de EE.UU. tras una entrada triunfal al ritmo de "Revolution" de The Beatles.
La última aparición de Trump en New Hampshire, antes de que se abran las urnas a primera hora del martes para elegir a los candidatos republicano y demócrata a la Presidencia de EE.UU., fue en el pabellón Verizon Wireless Arena de Manchester, donde juega el equipo local de hockey sobre hielo y donde se reunieron varios miles de simpatizantes.
Mientras esperaban su llegada, quienes se sobrepusieron a la nieve que cayó en la tarde del lunes en Manchester, la ciudad más poblada del estado, se vieron compensados con la proyección de un vídeo sobre su faceta más familiar, en el que el magnate recibía a sus siete nietos en su despacho de la torre Trump.
Entre el gentío y la gran cantidad de medios de comunicación, los voluntarios de la campaña de Trump repartían pegatinas dentro del estadio, mientras un grupo de pequeños comerciantes fuera del recinto trataban de hacer negocio y vendían chapas por cinco dólares y gorras por veinte.
"Creo que es genial, es honesto, el mejor candidato que hemos tenido nunca", dijo a Efe Rose Daxter, una voluntaria de la campaña que explicó que ha estado en todos los mítines políticos del magnate con el fin de "evitar a cualquier precio otro Gobierno demócrata".
EFE
