Las Bolsas europeas no levantan cabeza. Tras una apertura levemente al alza, los principales parqués europeos cotizaban a media jornada ampliamente en negativo. El más castigado entre los grandes índices es el FTSE Mib italiano, que se deja un 2,9%, seguido por el Ibex 35 español y el CAC 40 francés, que retroceden un 2,7% y un 2,5% respectivamente. Los inversores cotizan el creciente riesgo de recesión sobre la economía global y las dudas sobre la salud de la banca en varios países europeos, entre ellos Alemania —con el gigante Deutsche Bank en problemas— e Italia. El petróleo, convertido en los últimos meses en referencia de los inversores, sube este martes un 0,8% y deja de ser una excusa para la tormenta bursátil.
Con el descenso de las Bolsas, las primas de riesgo de los países periféricos vuelven a subir. El diferencial entre el bono español a 10 años y los bonos alemanes, sube hasta los 156 puntos básicos frente a los 153 del cierre de ayer.
Todos los mercados europeos acumularon este lunes enormes pérdidas. La Bolsa española cayó el 4,4%. La italiana, casi el 4,7%. Los mercados de Estados Unidos también vivieron fuertes bajadas durante la mayor parte de su sesión, aunque mitigaron el golpe al final del día a una bajada del 1,1%. En Así los principales mercados permanecen cerrados por la festividad del Año Nuevo chino. Sin embargo, Tokio (Japón) sí tuvo actividad bursátil y terminó también en rojo, con un desplome del 5,4%, su mayor caída desde el desplome de finales de agosto, cuando los mercados se hundieron por el temor a la situación real de la economía china.
Los inversores temen un nuevo coletazo de la Gran Recesión, en esta ocasión con epicentro en los países emergentes. El último dato de producción industrial en Alemania, referente a diciembre y dado a conocer este martes, refleja un debilitamiento del sector secundario germano por el frenazo de China, que acaba de ser desbancada por India como la economía de más rápido crecimiento delG20. El gigante asiático es el cuarto mayor comprador de productos alemanes.
También hay dudas sobre la situación real de buena parte de la banca europea después de que el gigante alemán Deutsche Bank se dejase casi un 10% el lunes y los principales bancos italianos sufriesen fuertes caídas. En el gigante alemán, se cotizan las dudas sobre su solvencia, tras los malos resultados presentados hace dos semanas y después de que se conociese que su coste de financiación se ha disparado desde agosto. La dirección de Deutsche Bank ha reafirmado este martes en un comunicado su capacidad para hacer al repago de sus bonos más arriesgados, los denominados cocos y ha subrayado su "fuerte posición de capital".
En el caso de las entidades transalpinas, las dudas residen en el diseño del banco malo, que debería permitir a la banca deshacerse de sus activos tóxicos. A estos factores se añaden las dificultades en el negocio tradicional de toda la banca de la zona euro en un entorno de tipos cero y con el euríbor en negativo. EP