El legendario boxeador fallece a los 74 años según publican varios medios norteamericanos que citan a fuentes de la familia
El mejor boxeador de la Historia para muchos y mito del deporte para otros tantos, Muhammad Ali transgredió todas las barreras sociales y políticas que imperaban en los convulsos años 60 en EEUU y, durante más de dos décadas, contribuyó a cambiar un país con profundas diferencias raciales e ideológicas en el gran epicentro sociocultural en el que se refleja Occidente. Como Jesse Owens volando ante el pasmo de Hitler en el 36, como Tommie Smith alzando su negro puño por los derechos civiles en el 68; Ali se convirtió en uno de los iconos más reconocibles de la contracultura americana gracias a su vuelo de mariposa y su picadura de abeja. Una definición de sí mismo que sintetiza la carrera del púgil más universal, fallecido este viernes a los 74 años.
La leyenda comenzó en Louisville (Kentucky, EEUU) en 1942, donde Ali nació con el nombre de Cassius Marcellus Clay, jr. Con 12 años, ingresó en un club de boxeo y desde muy joven exhibió su talento en varios combates entre jóvenes promesas. Tras unos meses, Clay ya había ganado varios campeonatos y, con sólo 14, ya se había hecho con el torneo de promesas del Estado. En 1959 ya era el campeón nacional amateur en categoría de semipesados.
Entonces llegaron los Juegos de Roma. Con 18 años, Clay quedó descartado por el equipo nacional para la categoría de pesos pesados, por lo que probó suerte en semipesados. Tras un gran torneo, en el que le llovieron críticas muy favorables, el joven más veloz del torneo se hacía con la medalla de oro ante el polaco Zbigniew Pietrzykowski. El éxito no pasó inadvertido en el circuito profesional. Clay se puso a las órdenes de Angelo Dundee y se trasladó desde su Louisville natal hasta Miami, donde comenzó de forma fulgurante: cinco nocauts consecutivos en su estreno en el circuito.
Hacia 1962, Clay ya se había hecho un nombre en el boxeo. Sin embargo, ese mismo año llegó su primera derrota profesional en el Madison Square Garden: ante Sonny Banks, por nocaut técnico. Sin embargo, su récord personal siguió aumentando durante los siguientes meses, pero su fama de boxeador poco ortodoxo –huía de la posición de combate, enfrentándose a sus rivales con los brazos extendidos-, le obligaba a realizar combates contra personajes secundarios dentro del circuito.
Su primer gran combate llegaría contra Sonny Liston, campeón de la Asociación Mundial de Boxeo, al que se impuso en seis asaltos. Sin embargo, el púgil aceptó la revancha propuesta por Liston un año después. En ella, Clay daría el llamado “golpe fantasma” a Liston, que cayó noqueado a la lona, aunque pocos espectadores fueron testigo del golpe que lo tumbó. Se habló entonces de la mafia neoyorquina, que pudo alterar el resultado del combate. Entre ambos combates, Cassius Clay pasó a llamarse Muhammad Ali, en honor al líder de la Nación del Islam, Elijah Muhammad.
Su transformación nominal le deparó tantos seguidores como detractores. Los asesinatos de John F. Kennedy y, sobre todo, de Malcolm X, habían propiciado un clima de protesta social por los derechos civiles. Evidentemente, que un negro asumiera un nombre de origen africano y abrazase al Islam tuvo un gran impacto social en una América que trataba de despertar de los anclajes a un pasado esclavista.
En 1967 fue llamado a filas por la Armada estadounidense para participar en la Guerra de Vietnam. Ante su negativa, Ali fue desposeído de su licencia de boxeo y pasó los siguientes tres años inactivo. Hasta 1971, cuando se enfrentó por primera vez a Joe Frazier en el Madison. Ali perdió aquel combate tras recibir un decimoquinto gancho de izquierda letal. Sin embargo, ambos boxeadores acabaron tan dañados, que tuvieron que ser hospitalizados tras una de las peleas más sangrientas que se recuerdan.
En 1974, Ali se cobró la revancha ante Frazier, tras un combate de doce asaltos en el que estuvo a punto de noquearlo en varias ocasiones. Pero, sin duda, el evento de aquel año fue el llamado “The Rumble in the Jungle”, un combate entre Ali y el vigente campeón mundial, George Foreman, que se celebró en Kinsasa (Zaire). La más célebre pelea de la Historia de África reunió no sólo a 60.000 espectadores, sino también a artistas como James Brown o B. B. King que vieron la oportunidad de reivindicar su origen africano en aquel evento.
Los pronósticos daban como favorito a Foreman, que en las últimas ocho peleas había resuelto en menos de dos asaltos sus combates. Y Ali tuvo que recibir desde el inicio una paliza brutal. No obstante, su estrategia era alternar asaltos a la ofensiva con otros en los que se dedicaba a protegerse la cabeza mientras Foreman lo golpeaba, con la intención de desgastarlo. Al final, Ali logró su objetivo y lanzó sobre un Foreman agotado una serie letal de golpes que le devolvieron el título de campeón mundial de los pesos pesados.
En los siguientes años, Ali seguiría activo en el circuito, pero tras dos derrotas (en 1980 ante Larry Holmes y en 1981 ante Trevor Berbick), decidió dejar definitivamente el boxeo. Fue entonces cuando el párkinson apareció en su vida. Una triste enfermedad que probablemente inoculó en el ring y que lo acompañó hasta el día de su muerte.
MSN